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Reportaje:

La insensible modernización de Renfe

Asociaciones y aficionados al cicloturismo critican que la renovación de trenes impide recorrer las vías verdes

Ignacio Zafra

Primero fue Ojos Negros. La joya de la corona, la más perfecta de las vías verdes valencianas, con 15 túneles, ocho puentes y 70 kilómetros a través de las comarcas de Camp de Morvedre y L'Alt Palància, con miles de cicloturistas recorriéndola, de arriba abajo, cada año y con una extensión, Ojos Negros II, que se adentra en Aragón y llega hasta Cella, al noreste de la ciudad de Teruel.

Ojos Negros fue la primera porque hace ya varios meses que Renfe sustituyó los viejos trenes regionales por los más modernos TRD, que reducen en 30 minutos las cinco horas y media de trayecto entre Valencia y Zaragoza, y que son aborrecidos por los bicicleteros por la sencilla razón de que no disponen de espacio para bicicletas.

Vías verdes (www.ffe.es/viasverdes/) es una iniciativa de la Fundación de los Ferrocarriles Españoles a la que se han incorporado Ayuntamientos y gobiernos autonómicos, entre ellos el valenciano. Su objetivo es reciclar las vías ferroviarias abandonadas y transformarlas en corredores verdes que pueden recorrerse en bicicleta o a pie. En toda España suman 1.300 kilómetros. Para llegar a ellas, los ciclistas suelen utilizar las líneas de Renfe.

Las próximas víctimas del plan de modernización, advierten las asociaciones de ciclistas, serán las tres vías verdes que salen de las inmediaciones de Alcoi, donde la compañía ha comenzado a instalar, "a modo de prueba", los temidos TRD. Se trata de la Vía del Serpis, llamada de los ingleses, que llega hasta Gandia desde Muro de Alcoi pasando por el Racó del Duc y el Circo de La Safor; la Vía Xixarra, que une Villena y la capital de l'Alcoià bordeando la Serra Mariola, y la Vía de Alcoi, que toma hacia el sur, adentrándose en el parque de La Font Roja.

València en Bici (Acció Ecologista Agró), la Coordinadora Ibérica Con Bici, y multitud de agrupaciones locales llevan años pidiendo a Renfe que atienda a sus necesidades a la hora de renovar su flota de trenes, sin mucho éxito. Los cicloturistas dicen no entender por qué una empresa semi-pública obstaculiza una opción ecológica de ocio. Y destacan la contradicción aparente de que Renfe dificulte el acceso a una iniciativa sufragada no sólo por las administraciones sino por ella misma, pues la compañía pertenece al patronato de la Fundación de los Ferrocarriles Españoles.

Preguntado por las consecuencias negativas que los TRD tienen para las vías verdes, un portavoz de la compañía afirma que su introducción se inscribe en el plan de modernización, que aumentan el número potencial de viajeros y que son más rápidos. ¿Y las consecuencias negativas para el cicloturismo? Provienen del plan de modernización, que aumenta el número potencial de viajeros..., contesta el portavoz.

Los ciclistas sólo pueden acceder hoy a Ojos Negros en tren utilizando el cercanías, que llega hasta Caudiel, o el único regional automotor (no TRD) que se ha mantenido hasta Zaragoza, siempre, añade el portavoz, que no sea viernes, sábado, domingo, festivo o víspera en los que está prohibido.

Hay otras cuatro vías verdes valencianas más o menos acondicionadas: la de Maigmó (sale de Agost); la de Las Salinas (desde Torrevieja); la de La Safor (siete kilómetros entre Gandia y Oliva, por el marjal de Pego), y la Vía Xurra (Valencia- Puçol).

La Vía Xurra permite recorrer 15 kilómetros de l'Horta Nord. La primera parte, entre la capital y Meliana, transcurre de forma apacible, sobre un carril de color rojo que atraviesa el incomparable paisaje de la comarca: un campo de sandías, una acequia de riego, un par de naves industriales y a su lado un huerto de alcachofas, una iglesia, un tendido de alta tensión, un barranco, una fábrica de piensos, y al fondo el mar y las urbanizaciones a pie de playa.

Una vez en Meliana, la vía verde, en el sentido de confortable carril bici, desaparece. Y el nombre de Via Xurra (porque el tren llegaba hasta Aragón, y a los aragoneses se les llamaba xurros) es sustituido por el de Vía Augusta. La parte romana sigue siendo sugerente. Otra cosa es que sea saludable, ya que por allí transitan, de vez en cuando y a toda velocidad, coches de cristales oscuros con potentes altavoces.

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Sobre la firma

Ignacio Zafra
Es redactor de la sección de Sociedad del diario EL PAÍS y está especializado en temas de política educativa. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Valencia y Máster de periodismo por la Universidad Autónoma de Madrid y EL PAÍS.

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