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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

No es Baden-Baden

El principio del mes de agosto se ha convertido, de una forma insólita, en una trampa para los conductores que no han abandonado Madrid por vacaciones. Las 80 obras de gran calado que se acumulan en la capital han provocado retenciones de hasta 15 kilómetros en diferentes vías de entrada y salida de la ciudad. Ayer fue la excepción. El Ayuntamiento tiene en marcha 46 actuaciones, la mayoría de ellas pertenecientes a su proyecto de reforma de la M-30; el Ministerio de Fomento suma 16 obras y la Comunidad otras 18. A todas estas molestias hay que sumar el plan de asfaltado de 200 calles que el Consistorio prolongará durante todo el mes y las cerca de 875 zanjas que durante agosto se abrirán en Madrid para canalizaciones de electricidad, agua, gas, etcétera.

Ante semejante densidad de obras en la capital, hubiera sido lógico que las tres administraciones coordinasen las actuaciones. El enfrentamiento entre la presidenta regional y el alcalde de Madrid, ambos del PP, ha impedido esta puesta en común a tres bandas, como reclama la oposición municipal y regional, tanto del PSOE como de IU. En la última reunión entre Aguirre y la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, se contempló la creación de un grupo de coordinación de obras en la Comunidad, pero la presidenta regional impuso que a esa cumbre asistieran todos los alcaldes de la región y no sólo el de la capital. Desde el Ayuntamiento se asegura que la coordinación de las obras en la ciudad es competencia municipal, por lo que está por ver si Ruiz-Gallardón acudirá al primer encuentro de alcaldes, Fomento y Comunidad convocado para septiembre.

Entre enfrentamientos y peleas, ningún responsable político ha calibrado que este verano se han quedado en Madrid al menos 60.000 conductores más que el año pasado, según datos aportados por la Dirección General de Tráfico. Ha fallado la información a los ciudadanos, que se ha basado en un parte de incidencias semanal, sin que los conductores hayan sido alertados día a día. Aguirre, Gallardón y Álvarez deberían acercar posiciones para intentar que el verano madrileño, lejos de la comparación tópica con Baden-Baden, se convierta en una selva negra negra.

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