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La lucha contra la insurgencia se intensifica en el oeste de Irak

Tropas estadounidenses e iraquíes, apoyadas por la aviación norteamericana, atacaron ayer bases de la insurgencia en el valle del Eúfrates, al oeste de Irak. La operación se lanza dos días después de que una bomba colocada al borde de una carretera de la región matara el miércoles a 14 marines. Este ataque, ocurrido cerca de la ciudad de Haditha, fue uno de los más mortíferos perpetrados contra tropas de Estados Unidos desde el comienzo de la guerra, en abril de 2003, y elevó a 20 la cifra de bajas estadounidenses en esta zona de Irak en lo que va de mes.

La nueva ofensiva, que ha movilizado a mil efectivos, se inició el mismo día en que murieron los 14 marines, pero según aseguró un portavoz militar estadounidense, ambos hechos no están relacionados. "Los objetivos son prohibir y desorganizar a los insurgentes y terroristas extranjeros en la zona", explicó el teniente coronel Steve Boylan. Según fuentes hospitalarias de Haditha, el ataque de ayer causó tres muertos iraquíes.

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El valle del Eúfrates que se extiende desde el noroeste de Bagdad hasta la frontera siria se ha convertido en centro de la insurgencia suní y una de las regiones más peligrosas del país. El comando norteamericano piensa que el valle, con sus palmeras, sus pantanos y sus poblaciones abandonadas, es la ruta por la que penetran desde Siria los insurgentes y las armas. Su topografía dificulta las operaciones militares convencionales.

A principios de mayo, los marines lanzaron varias ofensivas en el área, pero los ataques de la guerrilla persisten. A menudo, cuando las fuerzas norteamericanas llegan a un bastión de la insurgencia descubren que los rebeldes han huido. Los habitantes cuentan que cuando las tropas se van, los insurgentes vuelven.

Encuentro con el jefe chií

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Mientras tanto, el primer ministro iraquí, Ibrahim al Yafari, viajó ayer a la ciudad sagrada chií de Nayaf para consultar al jefe espiritual chií, el ayatolá Alí al Sistani, sobre la nueva Constitución que debe presentarse ante el Parlamento dentro de 10 días.

El encuentro se produce en un momento crucial del proceso político de Irak. Aunque Sistani no forma parte del comité de redacción de la Constitución su apoyo puede ser determinante en el éxito del documento, dada su influencia sobre los chiíes. "Sistani insiste en que la Constitución debe reflejar la diversidad del pueblo iraquí y expresar con sinceridad su mezcla sectaria, étnica y política", declaró Yafari, también chií, tras la reunión.

El ayatolá también indicó que la Constitución no debe contradecir la ley islámica.

Por otra parte, 14 iraquíes, militares y civiles, murieron ayer en varios ataques en diferentes partes del país, según informa France Presse. También han aparecido los cuerpos sin vida de cinco personas en varios barrios de la ciudad de Mosul, a 370 kilómetros al norte de Bagdad.

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