En invierno, paseando a la cría
Yo lo que creo es que esta foto está tomada en la ciudad de Barcelona durante el invierno, aunque, claro, no puedo estar segura y he preferido no preguntárselo al autor, Guerrero, para poder especular con alegría. Diría que esto es Barcelona por una razón, aunque no demasiado científica. Se ve un platanero al fondo y los plataneros me hacen pensar en el centro de la ciudad. Allí suele haber mendigos. Puede que no acierte y que la foto haya sido tomada en otro lugar, pero, en cualquier caso, diría que de España. Lo supongo porque a nuestra derecha (a la izquierda de la mujer) hay un cartel de propaganda de la revista Hola. Como la mujer de la foto parece una mendiga, podría suceder que llevase gorro y abrigo por excentricidad o por locura, no por frío. Pero no lo creo. Creo que es realmente invierno, hace frío, y por eso lleva gorro y abrigo. Y por eso la muñeca del carro -se supone que de su propiedad- está tapada con una manta.
La mujer pasea una muñeca en un carrito de 'súper', por lo que no diría yo que es una abuela que acarrea el juguete de una nieta recién salida del colegio
Las cejas de la mujer no son de verdad. Son cejas como de máscara, pintadas con lápiz negro. Eso parece. La mujer se pinta las cejas cada día (a lo mejor se las depiló de joven, y ya se sabe que no vuelven a crecer, según cómo) y, en cambio, no se pinta los labios ni se pone colorete. Lleva una bata de boatiné, que es la típica bata que en la ficción se usa para describir a las personas caseras. A las esposas que ya no son atractivas, a los maridos conformistas, a las suegras. Tiene gracia que sea ella quien lleve la bata de boatiné, porque tengo la sensación de que no tiene casa. Las razones por las que creo que la mujer vive en la calle son dos: pasea una muñeca en un carrito de supermercado, por lo que no diría yo que sea una abuela que acarrea el juguete de una nieta recién salida del colegio. Y eso a pesar de que encima del carro hay lo que parece una cartera escolar que podría pertenecer a una nieta. Pero no. El carro de supermercado por la calle sólo lo llevan los repartidores a domicilio (en cuyo caso está lleno de comida) o los mendigos (en cuyo caso está lleno de cartones, latas y en algún caso una muñeca). Además, la muñeca se ve bastante despeinada y sucia. Tiene algo en la mejilla derecha. Pueden ser dos pecas o suciedad. Yo diría que suciedad.
Lo más curioso es lo que la mujer lleva colgando del cuello. Miren. Hay una llave, que parece la llave de un piso o de una caja. Quiero decir que no es la llave de un portal. Eso me hace pensar que es una llave inútil. Casi todo el mundo que tiene un lugar donde vivir tiene un llavero con, por lo menos, dos llaves: la del portal, más grande; la de la puerta (y a veces ésta puede tener dos o hasta tres cerraduras distintas), y luego la del buzón o la de la verja (eso en el caso de los que viven en casas ajardinadas). Pero esta mujer lleva una sola llave colgando y al lado de ella, fíjense, un perrito como de porcelana.
No sabemos nada de la mujer, adónde va, si está viva o muerta. Yo ni siquiera soy capaz de determinar su edad. Podría ser muy joven, claro. La calle ya se sabe que estropea. Tampoco sabemos adónde mira, aunque supongo que mira a su muñeca. Por lo menos, la expresión es tierna. A su modo, debe de creer que está viva, que es una niña, que hay que taparla por el frío y esas cosas.
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