El funeral deriva en una protesta ante el cuartel de la Guardia Civil

Juan Martínez Galdeano, de 39 años, fallecido durante su detención en el patio del cuartel de la Guardia Civil de Roquetas de Mar (Almería), fue enterrado ayer en su localidad natal. Unas 200 personas acudieron al funeral, que se desarrolló sin incidentes. Una vez finalizado, unas 40 personas guardaron un minuto de silencio ante el Ayuntamiento y, a continuación, se desplazaron hasta el edificio del instituto armado, donde profirieron gritos de "¡asesinos!".

A la entrada del cuartel de la Guardia civil de Roquetas de Mar puede leerse a Pablo Neruda. Unos versos del poema Queda prohibido y un ramo de flores recuerdan que a pocos metros de allí murió Juan Martínez Galdeano el pasado domingo 24 de julio. El agricultor entró en el recinto policial a denunciar un incidente de tráfico y ya no salió vivo. Ayer, a los 10 días de su fallecimiento, se celebró el funeral. El silencio que rodeó el oficio religioso y el entierro sólo se quebró al final, cuando un grupo de asistentes se desplazaron hasta el cuartel.

La protesta, que nació con vocación de concentración silenciosa, derivó en griterío en cuanto un asistente lanzó un grito de "¡asesinos!". Durante cinco minutos se sucedieron voces semejantes. "¡Cómo os escondéis! Ahora tenéis miedo, ¿eh?", exclamó uno de los manifestantes. Algunos de los presentes -alrededor de unas 40 personas- mostraban su irritación al ver las banderas ondeando totalmente izadas, tanto en el cuartel como en el Ayuntamiento. "Nadie se ha encargado de la familia en todos estos días. Y yo no puedo entender que no estén las banderas a media asta. ¿Qué clase de justicia es ésta?", cuestionó uno de los amigos del agricultor fallecido.

La familia de Galdeano manifestó, días atrás, su malestar por el trato recibido de las instituciones. "Todos se han portado fatal. No hemos tenido ninguna atención ni del Subdelegado del Gobierno ni tampoco del alcalde", dijo el portavoz familiar, Leonardo Manuel Montoya, después de que hubiesen transcurrido 10 días de la muerte de su cuñado sin que hubiesen podido velarlo y enterrarlo.

Al sepelio no asistió ningún cargo público, si bien hasta la puerta de la iglesia de Nuestra Señora del Rosario acudieron el concejal socialista Federico del Águila y el senador socialista Juan Miguel Peña. El subdelegado del Gobierno en Almería, Miguel Corpas, excusó su ausencia por un "estricto respeto" a la familia del fallecido. "Quizá sea una decisión errónea, pero entendí que era lo que había que hacer. Por otro lado, mantengo el impulso mostrado por el Gobierno para llegar al esclarecimiento de los hechos. Ése es el papel que le corresponde al Gobierno en este caso", explicó Corpas.

El alcalde de Roquetas y presidente provincial del PP, Gabriel Amat, acudió al velatorio la víspera, pero no asistió al entierro, como suele hacer cuando fallece algún vecino de la localidad. Entre las personas que se congregaron en la plaza de la Constitución abundaban los conocidos y familiares de la víctima, pero también se acercaron vecinos sin relación con el agricultor que se encontraban consternados por lo ocurrido.

"Humanamente en estos momentos no hay palabras para consolar el dolor de los que sufren", dijo el sacerdote Pedro Pérez en una homilía sosegada y colmada de mensajes de ánimo para los familiares y allegados al agricultor.

Los 10 días transcurridos dieron entereza suficiente al hijo de la víctima, Juan Martínez, de 19 años, que soportó el sepelio de su padre sin llegar a derrumbarse. La pareja del fallecido, vestida de negro y con un velo que le cubría el rostro, no soportó la tensión acumulada y sufrió un desmayo frente al nicho. Una furgoneta la recogió en el mismo camposanto. Pese al frenesí de medios de comunicación allí desplegados la familia de Martínez Galdeano no quiso hacer ninguna manifestación pública.

La normalidad en el turístico municipio de Roquetas, con 70.000 habitantes en verano, no se ha visto afectada. Hoy está previsto que comparezcan ante la titular del juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Roquetas, Estefanía López Muñoz, otros tres guardias civiles imputados en los hechos ocurridos el 24 de julio. Los tres restantes, incluido el teniente, lo harán el lunes.