El Gobierno francés investiga el hallazgo de 351 fetos en un hospital
El descubrimiento de 351 embriones, fetos y recién nacidos muertos conservados en formol en la cámara mortuoria del hospital universitario parisino de Saint-Vincent-de-Paul ha provocado escándalo y estupor. El primer ministro, Dominique de Villepin, ha ordenado una investigación y un informe sobre los otros 22 hospitales universitarios. El presidente del sindicato de ginecólogos, Guy-Marie Cousin, ha dicho que "puede repetirse en los centros similares".
La ley obliga a los hospitales a enterrar o incinerar en 10 días a los fetos o recién nacidos muertos, a no ser que medie autorización familiar donando el embrión o el cuerpo a la ciencia, lo que no pasa con los 351 encontrados. La justicia investiga si fue una negligencia administrativa o si tras los hechos se oculta un tráfico de tejidos humanos o de otro orden. Sólo cinco personas tenían acceso al lugar donde se produjo el macabro hallazgo.
Éste tuvo lugar por una simple demanda administrativa. Una mujer quiso saber qué día había sido incinerado el feto de su bebé. El hospital, tras varias semanas, reconoció que no tenía constancia de que las cenizas hubiesen sido esparcidas en la zona prevista del cementerio. Un funcionario halló en el depósito, clasificados como "elementos anatómicos", los 351 embriones, fetos o bebés muertos.
El problema legal de los embriones y fetos (no tienen personalidad jurídica) fue abordado en 1993. De los 351 "elementos anatómicos" algunos datan de 1985, pero otros son posteriores a 1993 y hay alguno de 2005. La ley prevé hasta dos años de cárcel y multas de 30.000 euros.
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