Scotland Yard interroga ya a 18 detenidos por los intentos de atentado del 21-J
La policía británica investiga vínculos del sospechoso capturado en Roma con Arabia Saudí
Esta vez no fueron necesarios los rifles de asalto. La policía británica arrestó ayer en el condado de Sussex, cercano a Londres, a seis hombres y una mujer supuestamente vinculados con los atentados fallidos del 21 de julio. La brigada antiterrorista de Scotland Yard efectuó redadas en dos domicilios y en uno de ellos detuvo a los siete sospechosos. Con ellos son ya 18 los detenidos en el Reino Unido relacionados con los ataques contra tres estaciones de metro y un autobús. Y 17 los que han sido interrogados y puestos en libertad sin cargos.
En las calles de Londres se respira normalidad. En el metro, sin embargo, algunas maletas y mochilas ya no se miran con indiferencia.
El diario The Sunday Times informaba ayer, citando a fuentes policiales anónimas, de que existe una tercera célula de fanáticos religiosos que planea otra cadena de atentados en el metro, trenes y autobuses. Sin embargo, una portavoz de la policía desmentía tal noticia en la cadena estatal BBC: "Estamos buscando a otras personas relacionadas con la investigación. Pero jamás hemos hablado de una tercera célula. Había varias personas involucradas en los atentados del 7 y el 21 de julio. Así que es muy probable que haya más gente que les ofreciera apoyo financiero o logístico".
Aunque los portavoces policiales no dejan opción a que se les planteen preguntas en las conferencias de prensa, los periódicos se hacen eco de las filtraciones que les llegan desde la propia policía. Así, The Sunday Telegraph publicaba ayer que Scotland Yard investiga la conexión de terroristas de Arabia Saudí con Husein Osman, el hombre de 27 años detenido el pasado viernes en Roma tras haber intentado hacer estallar ocho días antes una bomba en la estación de metro londinense de Shepherd's Bush. El diario baraja la hipótesis de que los atentados del pasado 21 de julio fuesen planeados y dirigidos desde Arabia Saudí.
Osman, también conocido como Hamdi Isaac, llamó a un teléfono de Arabia Saudí horas antes de ser detenido en Roma. Según el citado periódico, la llamada debió ser extremadamente importante porque el terrorista debía ser consciente de que su teléfono podía ser detectado. Osman ha declarado a la policía italiana que ni él ni los otros tres terroristas involucrados en los atentados fallidos del 21 de julio guardan ninguna conexión con Al Qaeda y ni siquiera con los suicidas del 7 de julio. Pero los investigadores desconfían. Un experto policial indicó a The Sunday Telegraph: "La mayoría de los sospechosos no usaron móviles registrados a su nombre ni tampoco teléfonos fijos. Eso nos revela que tenían un plan de contingencia y tal vez ayuda de otras personas. Probablemente recibieron algún tipo de preparación. La cuestión está en saber dónde y por quién fueron entrenados".
Entre la policía hay cierto malestar tras conocerse que Husein Osman logró salir del país en un tren Eurostar desde la estación londinense de Waterloo hacia Francia cinco días después del atentado y varios días después de que su fotografía inundara las televisiones y los periódicos del país. Un agente indicó a The Sunday Times que la terminal del citado tren estaba llena de carteles con la cara de Osman y a pesar de eso se les escapó a los oficiales de inmigración británicos y franceses. Sin embargo, un portavoz de la policía indicó que la imagen del rostro tomada por las cámaras de seguridad del metro era la menos clara de los cuatro implicados en los atentados. Sólo fue posible difundir una fotografía mejor el pasado jueves, dos días después de que Osman hubiese salido del país.
En Brescia, en el norte de Italia, fue detenido ayer Fati Isaac, hermano de Husein, acusado de ayudar en su huida a Osman y de esconder o destruir documentos considerados importantes por los investigadores italianos. En Roma ya había sido detenido otro hermano de Osman, acusado también de ofrecerle cobijo.
Mientras la policía británica continúa atando cabos, el Gobierno anunció ayer una tanda de ocho encuentros durante el verano y en diferentes zonas del país entre varios ministros, policías locales y representantes de comunidades musulmanas. El objetivo, según informó un portavoz del Gobierno, es afrontar cuestiones como la educación y necesidades de los jóvenes musulmanes, la formación de los imanes y la acreditación o registro de las mezquitas. "Los líderes musulmanes reconocen que no basta con condenar los atentados, pero tienen que actuar con nosotros para afrontar el extremismo", indicó Hazel Blears, viceministra del Interior.
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