Israel reaccionará "con dureza" si es atacado en la retirada de Gaza
Sharon asegura que todos los asentamientos judíos de la franja serán desmantelados
Israel será "extremadamente duro" con los palestinos si se produce un ataque terrorista durante la retirada de la franja de Gaza, anunció ayer Ariel Sharon. La advertencia del primer ministro israelí se produce cuando faltan sólo dos semanas para la puesta en marcha del plan de retirada de Gaza, que se iniciará el próximo 15 de agosto y afectará a 8.000 colonos de 21 asentamientos de Gush Katif y del norte de Cisjordania.
"Habrá una reacción israelí extremadamente dura, pero Israel se ocupará de preservar la calma". Con esta frase, el jefe del Gobierno israelí, de visita oficial en Francia, respondió a la pregunta de una emisora francesa que quería saber lo que iba a pasar si en pleno proceso de retirada de la franja de Gaza se producía, como muchos temen, un ataque terrorista contra Israel.
Sharon recalcó que la operación iba a seguir adelante pase lo que pase, porque se trata de un "plan aprobado por el Gobierno y respaldado por el Parlamento", aunque no escondió las dificultades que entraña su puesta en marcha, pues participarán "miles de personas, niños, mujeres, ancianos, van a ser caravanas de miles de camiones cargados de materiales y de animales", y va a durar entre tres y cuatro semanas, según aseguran los expertos.
El primer ministro israelí también añadió -para evitar falsas esperanzas-, que no habrá más retirada que la prevista de Gaza y condicionó la puesta en marcha de la Hoja de Ruta, el plan de pacificación impulsado por Estados Unidos, a una serie de drásticas condiciones, entre las que se contempla el desmantelamiento y desarme de las facciones palestinas, pero sobre todo a que la retirada se lleve a cabo en la más absoluta de las calmas.
El anuncio de Sharon de represalias contra los palestinos si levantan la mano contra Israel durante el proceso de retirada se produce pocas horas después de que el Ministerio de Defensa, presionado por la comunidad internacional, rechazara un plan de un sector del Ejército que propugnaba realizar una operación preventiva en Gaza para asegurarse una retirada en calma.
El plan militar de invasión de Gaza propuesto por los militares contemplaba que tres brigadas de infantería invadieran el norte y el sur de la franja para crear una zona tampón de siete kilómetros de profundidad, que sirviera de protección a los bloques de asentamientos de la zona y dejara aisladas durante tres meses las poblaciones de Beit Lahia, Beit Hanun y Jan Yunes, donde viven miles de palestinos.
Los estrategas militares aseguraban que con esta operación se impediría las actuaciones de los artilleros de las milicias radicales palestinas, que lanzan una media de 80 a 100 ataques semanales contra las posiciones israelíes, a pesar de los esfuerzos que está efectuando desde hace días la Autoridad Nacional Palestina para neutralizarlos.
Calmar a los 'halcones'
El ministro de Defensa israelí, Shaul Mofaz, se ha visto obligado a calmar a los halcones de la cúpula militar, que continuaban insistiendo en la necesidad de efectuar una operación con "puño de hierro" de carácter preventivo contra los palestinos. En la misma reunión, Mofaz anunció a los mandos militares que estaba a punto de lograr un acuerdo político-militar con los egipcios para que desplieguen sus fuerzas a lo largo de la Ruta de Filadelfi, que separa Egipto de Gaza y que está hasta ahora en manos de las tropas israelíes.
El plan de retirada de Gaza prevé cerrar la frontera norte entre Gaza e Israel y dejar tan sólo abierta el paso de la franja con Egipto, una vez termine la evacuación de los colonos. Este proyecto supone la incomunicación de la población de Gaza con Cisjordania, que será bordeada por una triple barrera electrificada de alambre, que reforzará a la ya existente.
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