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EL SUMARIO DEL 11-M

"Gracias a Dios, hemos eliminado a Aznar. Madrid es una lección para Europa"

La investigación judicial recoge la transcripción de las grabaciones en el piso de El Egipcio

Rabei Osman El Sayed, conocido como Mohamed el Egipcio, está considerado como uno de los cerebros de los atentados del 11-M en Madrid. Era, además, un experto en explosivos, conocimientos que adquirió durante su estancia durante cinco años en el ejército egipcio. Las diferentes policías europeas le consideraban un miembro de la Yihad Islámica egipcia, organización encuadrada dentro de la estructura de Al Qaeda. El Egipcio había residido en varios países europeos, entre ellos Alemania, Francia, Italia y España. Cuando las autoridades españolas tuvieron sospechas de su participación en los atentados, solicitaron una orden internacional de búsqueda y captura. Por esas fechas, junio de 2004, Mohamed el Egipcio se encontraba en Milán (Italia). Los documentos que obran en el sumario del 11-M, sobre el que el juez Juan Del Olmo ha decretado el levantamiento parcial del secreto, demuestran que la policía italiana no sólo le tenía localizado, sino que tenía intervenidos sus teléfonos móviles y había introducido micrófonos en el domicilio donde residía, en el número 33 de vía Cadore, en Milán.

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El Egipcio fue detenido el 7 de junio de 2004 y extraditado a España para prestar declaración el 7 de diciembre. El 18 de abril fue devuelto a Italia, donde está también procesado por actividad terrorista.

Las grabaciones obtenidas por la policía italiana dejaban entrever la implicación de El Egipcio en los atentados de Madrid y su peculiar interpretación de la reacción de los españoles ante el atentado.

"El hilo de Madrid soy yo", dijo El Egipcio en una de las conversaciones grabadas, frase que dio pie a interpretar que se probaba su vinculación con el atentado. "En el momento del hecho no estaba allí, pero, te digo la verdad, antes de la operación, el día 4, he tenido contactos con ellos (...) cinco han muerto mártires y a ocho les han arrestado".

Dos días antes de ser detenido, el 5 de junio, El Egipcio hablaba en el interior del piso con otro ciudadano egipcio llamado Mahmoud, que no parece estar muy de acuerdo con sus ideas. Mahmoud estaba preocupado porque la policía italiana le había pedido los papeles en un control el día anterior. La conversación se produce a primera hora de la mañana. Es entonces, cuando El Egipcio habla en estos términos sobre la situación política:

"Son esclavos, porque ahora llega el perro [así es como denomina muchas veces al presidente Bush] e intentan hacer los controles, que al final no sirven para nada porque, si quieren atacar, atacan. La culpa es de Berlusconi, porque Berlusconi es un gran dictador, pero yo creo que todos los países que siguen a América tendrán el mismo fin que Aznar, y creedme hermanos míos, os lo juro, no miento, he vivido allí y sé perfectamente que, después de lo que ocurrió en la estación de Atocha, todos, los árabes, los españoles participaron en una manifestación de protesta y con pancartas llamaban asesino a Aznar. También había hermanos que colgaron en la pared una caricatura de Aznar y Bush... esta manifestación tuvo un gran éxito. Creedme, os lo juro, mucha gente se manifestó en la calle, sobre todo en el barrio donde sucedió todo. Soy muy feliz porque ha caído el Gobierno del perro Aznar, pero amigos míos, si en Italia pasase lo que pasó allí, la culpa será de Berlusconi, porque el que sigue a ese perro se hará daño a sí mismo. Francia ha sido muy lista porque saben que la comunidad árabe es muy influyente allí, y es mejor tenerlos a favor que en contra. El que siga al perro sólo tendrá el terremoto y Madrid ha sido la prueba (...) pero gracias a Dios, hemos eliminado a Aznar, gracias a Dios. Madrid es una lección para Europa, que debe entender que se tiene que alejar de Estados Unidos (...) Ruego a Dios que elimine a este Gobierno de Berlusconi porque es un Gobierno dictatorial, es un destructor del islam y esperemos que Dios le dé un desastre, así su país tendrá un desastre. Además, el perro ha sido el huésped de honor y eso no es mas que un ultraje al islam y me gustaría que fuese el fin de Aznar. Zapatero, éste que ha llegado ahora, es muy listo porque ha entendido rápido el valor de los árabes y en cuanto se ha hecho cargo del Gobierno ha abierto un diálogo con los marroquíes y los árabes".

Durante esas fechas, Mohamed el Egipcio se muestra eufórico ante alguno de sus interlocutores en el piso de Milán. En un momento dado, el 26 de mayo, dice: "Antes o después habrá un ejército islámico, se formará un gran ejército islámico, ya se ha empezado a sentir su eficacia y todo lo que está pasando ahora y los hechos que suceden están escritos en el Corán. Fueron dichos por nuestro Profeta y demuestra que todo lo que ha dicho está sucediendo y, antes o después, entraremos en Turquía, en Constantinopla y en otros países de los enemigos de Dios, incluida Roma, si Dios quiere también entraremos en Roma. Hace falta que este ejército islámico crezca".

El día 28 de mayo, la policía italiana graba una conversación en el piso de Milán que refleja el grado de fanatismo de El Egipcio. Ese día, hacia las ocho de la tarde, El Egipcio está con otro interlocutor observando a través de Internet un vídeo de la decapitación del ciudadano americano Nicholas Berg, secuestrado en Irak.

- El Egipcio: Acércate, mira bien con tus ojos, ésta es la política que hay que seguir, la política de la espada... Hay que estar muy decidido, la decisión es la decisión.

(Se oye la voz de alguien que lee el comunicado, poco después se oyen los gritos de Nicholas Berg, a Rabei le encantan las imágenes que ve y toma el pelo al secuestrado).

-El Egipcio: "Esta es la política. Dios es grande, Dios es grande... ve al infierno, enemigo de Dios, mátalo, mátalo... sí, así... dególlalo bien, córtale la cabeza... si fuera yo le habría quemado para hacerle probar cómo es el infierno... córtale la cabeza... Dios es grande, Dios es grande.

- "¿No es un pecado?", le pregunta entonces su interlocutor.

Y El Egipcio contesta: "¿Quién dice eso? Nunca es un pecado... por la causa nunca es un pecado, así acaban todos, ésa es la verdad, esto es la verdad... y así la decisión final... todos... esperamos que también sus padres tengan este final... perros... todos... sólo hay que estar convencido al tomar la decisión. ¿te has asustado? ¿estás en shock?".

El interlocutor se limita a decir que cree que lo que ha visto "es pecado", pero El Egipcio contesta exultante que no y lo argumenta así: "Cuando entras en un movimiento nunca es pecado porque hay una causa, la causa islámica, todos al infierno... todos acaban en el infierno, todos. El que hiere al islam tiene ese final. Cada cosa hecha por el islam es justa, cada acción es justa, lo importante es que obtengas el resultado. Porque ¿no matan ellos a los árabes?... e incluso cosas peores... estos son de Chechenia, ésta es la especialidad en Chechenia... estos son carniceros chechenos".

Mohamed el Egipcio, a su llegada a España en diciembre de 2004.
Mohamed el Egipcio, a su llegada a España en diciembre de 2004.EFE

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