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CiU y ERC imponen la cita a los derechos históricos en el Estatuto en contra del PSC

La propuesta de reforma no logra los dos tercios en los títulos de competencias y financiación

Enric Company

Lo que debía ser la escenificación del consenso catalán sobre la reforma del Estatuto de Autonomía se convirtió ayer en una exhibición de desacuerdos. La Comisión Primera del Parlamento catalán dictaminó el texto con votaciones de mayorías distintas, entre las que destacó que CiU y ERC impusieran a los socialistas que la competencia exclusiva de la Generalitat sobre ocho materias se ampara en los derechos históricos. Esta votación provocó el rechazo de los socialistas a la casi totalidad del título de competencias. Los nacionalistas de CiU se vanagloriaron de haber "roto el tripartito" de la izquierda en un aspecto capital de la reforma y los socialistas acusaron a CiU de perseguir un Estatuto "sólo para nacionalistas".

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Los dos títulos esenciales de la reforma del Estatuto catalán superaron la votación en Comisión sin alcanzar la mayoría de dos tercios requerida para la aprobación final en el pleno del Parlamento, que inicialmente está prevista para la última semana de septiembre. Los socialistas rechazan el título que versa sobre las competencias de la Generalitat, y CiU se opone al que trata sobre la financiación de la Generalitat, que se aprobó con los votos del tripartito.

Sin embargo, CiU celebró como una victoria haber arrastrado a ERC a sus posiciones sobre los derechos históricos. "La firmeza de CiU en estos meses está dando sus frutos y hoy nuestras posiciones están en el proyecto", afirmó tras la votación un eufórico Artur Mas, presidente del Grupo Parlamentario Nacionalista.

A la inversa, la presidenta del Grupo Socialista, Manuela de Madre, presentó la posición de ERC en este punto como "una deslealtad" a sus socios en el Gobierno de la Generalitat y no ocultó su "preocupación" porque, tal como está, la propuesta de reforma no podría ser aprobada en las Cortes. "Lamentamos que ERC haya picado el anzuelo que le ha puesto CiU", dijo.

El "mal sabor de boca" con el que los socialistas reconocieron haber salido de la sesión de la Comisión, que se celebró a puerta cerrada durante más de tres horas, no les impidió sostener que, pese a todo, el acuerdo final sea todavía posible. Quedan dos meses para la votación en el pleno y De Madre aseguró que su partido "trabajará para hacer posible las alianzas necesarias".

ERC e ICV anuncian el 'sí'

La respuesta de los socialistas a la imposición de los derechos históricos en ocho materias fue mantener todas sus enmiendas al título de las competencias. Son ocho competencias importantes: financiación; organización de las Administraciones públicas catalanas; organización territorial de Cataluña y régimen local; derecho civil; régimen lingüístico en Cataluña; educación; cultura, y seguridad pública.

De Madre subrayó que el PSC no se opone a que se reconozca la existencia de derechos históricos, pero insistió en que es un error utilizarlos para blindar las competencias de la Generalitat. Los socialistas consideran que esta vía rompe la lógica constitucional en la distribución de competencias y seguirla "es hacer un mal favor al autogobierno" de Cataluña. El PSC estaba dispuesto a votar a favor del reconocimiento de derechos históricos en materia de derecho civil catalán y de lengua. Pero ayer votó incluso en contra de estos dos puntos. Justificó esta dureza de su partido en la voluntad de dejar claro que "hay caminos que no conducen a ninguna parte".

Por vez primera en los 18 meses que dura ya la elaboración de esta reforma, los dirigentes de CiU se mostraron satisfechos sobre el trabajo realizado, asumieron el proyecto como propio y mostraron su confianza en lograr el apoyo de Esquerra a su propuesta de financiación. "El final de CiU a la propuesta de reforma está condicionado", explicó Artur Mas, "a conseguir un concierto económico".

CiU valora como "una puerta abierta" que ayer los diputados de ERC votaran a favor de incluir la financiación de la Generalitat entre las materias amparadas por los derechos históricos. El líder republicano, Josep Lluís Carod, reconoció en su primera valoración de la sesión, que este voto de su partido quería ser "una mano abierta a CiU", para facilitar un acuerdo sobre la financiación.

Carod rechazó las acusaciones de "deslealtad" y negó que haber pactado uno de los principales aspectos del Estatuto con CiU, el primer partido de la oposición, ponga en crisis al Gobierno tripartito presidido por Pasqual Maragall. Recordó que el Gobierno catalán sólo tiene propuesta propia para un aspecto de la reforma, la financiación, sobre la que los diputados de ERC votaron ayer junto con los de PSC e Iniciativa Verds.

La satisfacción de Esquerra llevó a Carod a adelantar que su partido "dirá que a este Estatuto". También Jaume Bosch, de Iniciativa Verds-Esquerra Unida (ICV-EU), anunció que su grupo parlamentario considera la propuesta como "un salto adelante en el autogobierno y los derechos sociales" y está dispuesto a votarla favorablemente.

Los diputados de ICV-EU apoyaron la enmienda de CiU y ERC sobre los derechos históricos, pero sólo para el derecho civil y la lengua. "No es nuestro modelo", aseguró Jaume Bosch "y creemos que es erróneo atribuirle tanta importancia". Los asesores jurídicos de Iniciativa sostienen que la alusión a los derechos históricos no refuerza la exclusividad de las competencias de la Generalitat.

La enmienda del Partido Popular a la totalidad fue rechazada por el voto de los otros cuatro grupos. El presidente del PP catalán, Josep Piqué, acudió al Parlamento para seguir de cerca la sesión y, una vez finalizada, afirmó que "el balance es negativo". Aunque valoró la actitud del PSC en las últimas semanas y ayer mismo al votar contra los artículos que considera no ajustados a la Constitución, sostuvo que lo ha hecho "demasiado tarde".

Piqué calificó el pacto CiU-ERC sobre los derechos históricos como una "profunda deslealtad" de los republicanos para con el Gobierno de Maragall. "Yo no descartaría elecciones anticipadas", dijo.

De izquierda a derecha, los dirigentes de ERC Joan Ridao, Joan Puigcercós y Josep Lluís Carod.
De izquierda a derecha, los dirigentes de ERC Joan Ridao, Joan Puigcercós y Josep Lluís Carod.TEJEDERAS

Críticas a Maragall

Convergència i Unió y el Partido Popular atribuyeron ayer el desacuerdo en los aspectos capitales de la reforma estatutaria a la "falta de liderazgo" del presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall.

"En este proceso ha fallado lo principal, que no es ninguna copla, sino el liderazgo. Y ha fallado gravemente porque ha habido una grave falta de liderazgo por parte del actual presidente de la Generalitat, que es a quien le corresponde ejercerlo, ya que no hay nadie más que lo puede ejercer con autoridad", manifestó el jefe de la oposición, el convergente Artur Mas. El líder de CiU llegó a comparar a Maragall con el piloto de un kart en una carrera de fórmula 1. Mas opinó que el presidente "ha tropezado" con sus socios del Gobierno, sobre todo Esquerra Republicana, y dentro de su propio partido.

El popular Josep Piqué culpó a Maragall del "desbarajuste" en la reforma del Estatuto por su "absoluta incapacidad de liderar el proceso hacia el consenso". Piqué también responsabilizó al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, de llevar la reforma a un "callejón sin salida" por sus "actitudes displicentes y a veces frívolas".

La socialista Manuela de Madre defendió el "papel respetuoso", "institucional" y de "no protagonismo" de Maragall hacia el trabajo de los distintos grupos parlamentarios. "El presidente sabe que el problema de CiU no es el contenido del Estatuto sino el contexto político", agregó la dirigente socialista.

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