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LA VUELTA AL ESPACIO DE LA NASA

El 'Discovery' sale al espacio por primera vez tras el accidente del 'Columbia'

La NASA ha tardado dos años y medio en mejorar la seguridad de los transbordadores

El transbordador espacial Discovery fue lanzado ayer, a las 16.39 (hora peninsular)desde la base Kennedy (Florida), en el primer vuelo de un transbordador desde que el 1 de febrero de 2003 explotó en el aire el Columbia y murieron sus siete astronautas. La tripulación del Discovery tiene que cumplir una misión de 12 días en la que se probarán las modificaciones realizadas en este sistema de transporte espacial para mejorar su seguridad. La nave llegará mañana a la Estación Espacial Internacional (ISS) con suministros y equipos imprescindibles allí. El lanzamiento fue suspendido el pasado día 13 por el fallo de un sensor del nivel combustible que los ingenieros de la NASA han intentado reparar en estos días sin dar con la causa. El problema no se repitió ayer.

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Ante miles de espectadores en la base y en los alrededores, incluida Laura Bush, esposa del presidente estadounidense, el Discovery inició su viaje al espacio, para ponerse en órbita a unos 350 kilómetros (la distancia que separa Madrid de Valencia) de altura sobre la superficie terrestre, donde está la ISS.

Al mando de la misión STS-114, nombre oficial de este vuelo del Discovery, va la veterana comandante Eileen Collins. Otros cinco astronautas de la NASA y uno japonés integran la tripulación. "OK, Eileen, la espera parece que termina", dijo ayer el director del lanzamiento, Michael Leinbach, justo antes del despegue. "Que os divirtáis allá arriba".

Michael Griffin, director de la NASA, destacó "la potencia y la majestuosidad del lanzamiento, por supuesto, pero también la habilidad y la profesionalidad, la pura osadía, la valentía y la decisión de este equipo que ha sacado este programa de las profundidades de la desesperación hace dos años y han logrado que se vuelva a volar".

Los responsables del transbordador estuvieron ayer en todo momento pendientes de los sensores de combustible del depósito principal del Discovery (cuatro indicadores para el hidrógeno líquido y otros tantos para el oxígeno). La última verificación se realizó media hora antes del encendido de motores, comprobándose que los sensores daban la lectura correcta. Pese a la carrera contrarreloj que centenares de ingenieros han mantenido durante casi dos semanas para subsanar el fallo del sensor (indicaba que el depósito de hidrógeno estaba vacío, cuando estaba lleno), no han logrado determinar por qué se produce ese problema intermitente, que no es nuevo en los transbordadores.

Los expertos han revisado minuciosamente en estos días todo el sistema de sensores del depósito (que lleva casi dos millones de litros de combustible que consumen los motores en los primeros ocho minutos y medio de ascenso). La NASA estaba dispuesta ayer a dar luz verde al lanzamiento -bajo determinadas condiciones- aunque se repitiese el fallo.

El lanzamiento fue seguido con gran interés por los socios internacionales de la ISS, sobre todo la Agencia Europea del Espacio (ESA) y la agencia japonesa, que están pendientes de los vehículos de la NASA para reanudar sus propios programas interrumpidos. La ESA tiene casi listo el módulo Columbus para la estación y ha desarrollado la nave de carga ITV, cuyo próximo lanzamiento depende del calendario reestructurado de la estación.

El primer objetivo de la misión iniciada ayer es ensayar en condiciones de vuelo las numerosas modificaciones que se han realizado en el sistema de los transbordadores para aumentar su seguridad tras el accidente del Columbia. Dichas modificaciones han costado a la NASA más de 833 millones de euros.

Cumplir recomendaciones

El vuelo del Discovery ha sido aplazado varias veces, ya que la NASA consideró en un principio que tardaría sólo unos meses en poner a punto sus naves. Las operaciones, sin embargo, se fueron complicando. Dos años y medio después de interrumpir los vuelos se han cumplido casi todas las recomendaciones que hizo un comité independiente y las que añadió la NASA.

"Sabemos que la gente ahí abajo, en la Tierra, se siente estupendamente y damos las gracias a todo el mundo por el espléndido trabajo realizado durante los últimos dos años y medio para lograr que volásemos de nuevo", dijo Collins al centro de control, en Houston, tres horas después del lanzamiento, informa Reuters.

Collins, de 48 años, lleva más de dos preparando este vuelo. Ella fue la primera mujer piloto de la flota de transbordadores, en 1994, y la primera comandante, en 1999. Piloto de la Fuerza Aérea Estadounidense y astronauta desde 1991, Collins tiene acumuladas más de 500 horas de vuelo espacial en tres misiones anteriores a ésta.

El piloto James Kelly (41 años) vuela por segunda vez al espacio y ayudará a Collins en las maniobras clave. Stephen Robinson (49 años), con dos vuelos en transbordador anteriores, es el ingeniero de vuelo y, junto con el japonés Soichi Noguchi, realizará los tres paseos espaciales previsto. Noguchi, 40 años, ingeniero, realiza ahora su primer vuelo.

El especialista de misión Andrew Thomas (53 años) ha ido tres veces al espacio y es ahora el encargado, entre otros cometidos, de realizar la revisión del casco de la nave por el exterior, utilizando las cámaras y sensores instaladas en la nueva extensión del brazo robótico del Discovery.

Wendy Lawrence (46 años), también con experiencia de tres vuelos anteriores, se encargará en la ISS de organizar la descarga de material. Charles Camarda (53 años) es el otro novato en el Discovery; se ocupa de los ordenadores y ayudará en las operaciones de inspección de la nave.

En la ISS les espera la tripulación permanente actual, integrada por el ruso Serguei Krikáliev y el estadounidense John Phillips, que llegaron a la estación el pasado abril. Para ellos, el vuelo del transbordador no sólo es un momento histórico en el que la NASA inicia la recuperación de sus vuelos habituales, sino que su visita significará contar con un cargamento de suministros necesarios para ellos y para su mismo hogar orbital. Son varias toneladas de equipos, guardadas en el depósito Raffaello -una contribución italiana al programa- que va en la bodega del Discovery.

El Discovery es el más antiguo de los tres transbordadores que quedan, tras la destrucción del Challenger en 1986 y del Columbia en 2003. Ha volado al espacio 30 veces, desde su primera misión en 1984. El programa espacial estadounidense contempla la jubilación de estas naves dentro de cinco años, cuando debe tener listo un sustituto: el vehículo tripulado de exploración (CEV), que no esta diseñado aún.

La NASA ha anunciado recientemente que ha dado luz verde a la firma de dos contratos de ocho meses de duración con dos empresas (Lockheed Martin y un consorcio de Northrop Grumman y Boeing) para preparar cada una su alternativa de ingeniería del CEV. El año próximo se evaluarán ambas propuestas y se elegirá un contratista industrial para el desarrollo y construcción de la nueva nave. El CEV será un vehículo para seis astronautas capaz de salir de la órbita terrestre y, más adelante, ir a la Luna.

Los espectadores observan el lanzamiento del <i>Discovery</i> desde la base espacial Kennedy en Florida.
Los espectadores observan el lanzamiento del Discovery desde la base espacial Kennedy en Florida.EFE
Despegue del <i>Discovery</i> desde la plataforma de lanzamiento.
Despegue del Discovery desde la plataforma de lanzamiento.EFE

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