Asesinado en Brasil un popular sacerdote que se había enfrentado a la policía

Paulo Henrique Keler Machado, de 36 años, asesinado a tiros en la noche del domingo al lunes, era uno de los sacerdotes más queridos de los suburbios pobres de Río. Era párroco de la iglesia Sagrado Corazón de Jesús en Posse, uno de los lugares del barrio Baixada Fluminense, donde el 31 de marzo tuvo lugar la matanza de 29 personas atribuida a un escuadrón de la muerte compuesto por policías. El sacerdote se había caracterizado por su esfuerzo en convencer a la gente del barrio para que testimoniara contra los presuntos culpables de la matanza, algunos policías ya reconocidos por muchos testigos.

El padre, asesinado a las tres de la madrugada dentro de su coche por alguien que lo acompañaba y que acabó arrojando su cuerpo en la calle bajo el puente Dom Adriano Hipólito, era vicecoordinador de las pastorales de la ciudad y su trabajo se caracterizaba por la ayuda a enfermos en el hospital de Posse y en la ayuda espiritual a las familias de las víctimas de la matanza.

Querido por la gente pobre de los suburbios, donde había trabajado desde los 22 años, antes de ser ordenado sacerdote, el asesinato provocó una gran conmoción en el barrio. Escenas de llanto, de dolor y hasta de rabia fueron registradas durante el velatorio de los restos mortales del sacerdote, que recibió cinco tiros en las piernas, en la cintura, en la espalda y en el cuello.

A pesar de que la primera hipótesis del asesinato del sacerdote fue la de una venganza de la policía por estar animando a los testigos de la matanza a hablar sin miedo y a acusar a los 11 policías presuntamente culpables de aquel crimen, los investigadores no excluyen ninguna hipótesis, ni siquiera la de crimen pasional. Los datos que aporta la policía para sustentar esta posibilidad son que en la casa del sacerdote fue encontrada una carta amorosa de un seminarista reclamando un amor no correspondido, una caja con 12 preservativos y uno usado en la papelera. La policía también subraya que entre las 18 y las 22 horas del domingo tuvo un encuentro con el desempleado José Santos da Silva y que éste admitió haberse besado con el párroco. Otros hablan de un montaje

Paulo Henrique Keler Machado había sido ordenado sacerdote hace tres años y trabajó sólo en la parroquia de Posse, donde creó una asociación para la ayuda de las familias de las víctimas de la matanza. El obispo de su diócesis dejó la puerta abierta a que el crimen busque "intimidar a los testigos que deberán participar en el juicio de los 11 policías acusados de la matanza". También la ONG Justicia Global defendió ayer la tesis de que "existen grandes posibilidades de que la muerte esté relacionada con la matanza de la Baixada Fluminense en virtud de su dedicación junto a los familiares de las víctimas". El alcalde del lugar, el izquierdista Lindberg Farias, ha decretado ayer tres días de luto, tras subrayar la dedicación del fallecido a los más pobres.