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Entrevista:Anxo Quintana | Portavoz nacional del Bloque Nacionalista Galego

"Lo que más pide la gente es que tengamos 'sentidiño"

Xosé Hermida

El Parlamento gallego abre hoy la sesión de investidura del socialista Emilio Pérez Touriño como presidente de la Xunta, a quien acompañará en la vicepresidencia, por primera vez en la historia de la comunidad autónoma, un nacionalista, Anxo Quintana. "Repetí en la campaña que conmigo era muy fácil llegar a acuerdos, y lo he demostrado", afirma Anxo Quintana (Allariz-Ourense, 1959), "orgulloso" del pacto de Gobierno entre el Partido Socialista de Galicia (PSdeG) y el Bloque Nacionalista Galego (BNG).

Pregunta. ¿Ya nota que la gente lo trata distinto?

Respuesta. Pues no. Sigo manteniendo la relación de proximidad con la gente que he tenido siempre. Lo que sí noto es más ilusión y alegría. Había cierto escepticismo sobre la posibilidad de derrotar al Partido Popular, y la gente ahora está entusiasmada.

"Lo primero que haré [como vicepresidente] será releer los acuerdos que ha tomado el Gobierno en funciones extralimitándose en términos políticos"
"No veo por qué ha de ser motivo de anatema la superación de la Constitución cuando el Gobierno quiere poner en marcha un proceso de reforma"
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P. ¿Qué es lo que más le piden?

R. En la mejor tradición gallega, la gente me pide sentidiño. Y al mismo tiempo, ambición.

P. Cuando una fuerza política de tradición reivindicativa como la suya alcanza el Gobierno, siempre se pone en riesgo de caer en contradicciones.

R. Una fuerza que aspire a transformar las cosas positivamente nunca puede abandonar su faceta reivindicativa. Lo que tiene es que ponderarla para que impere la responsabilidad y se midan los pasos. Vamos a seguir reclamando la condición nacional de Galicia y su reconocimiento en el Estado y en Europa. Y, al mismo tiempo, cumpliendo con eficacia en el Gobierno y sabiendo que a los ciudadanos hay que resolverle las cosas día a día, no con proyectos estratégicos a diez o veinte años vista.

P. ¿Qué aportará el Bloque Nacionalista Galego a este Gobierno?

R. Me gustaría que ninguno de nosotros se sienta guardián de las esencias de nada ni tampoco baluartes de la responsabilidad de moderar, sino que los dos socios hagamos nuestro el programa y lo cumplamos con una sola voz. Por nuestra parte, creo que hemos conseguido un programa que, por primera vez, pedirá respeto para Galicia. Un Gobierno que, partiendo del carácter nacional de Galicia, trabajará para que tengamos un Estatuto ambicioso. Y que parte del convencimiento de que Galicia tiene un déficit estructural. Nosotros le llamamos deuda histórica, pero tampoco queremos discutir de cuestiones semánticas. Lo importante es que abriremos un diálogo con el Estado para intentar saldarla. Como nacionalistas, todo eso nos satisface especialmente.

P. ¿Y a qué han tenido que renunciar?

R. En un buen acuerdo, como lo es éste, nadie tiene que renunciar a nada fundamental de su ideario. No hay una sola línea de la que nos sintamos avergonzados. Al contrario, estamos orgullosos. Otra cosa es que nosotros, como probablemente también el PSOE, hubiésemos hecho otro programa. Pero el veredicto de la sociedad gallega ha sido así y este programa es fiel reflejo de lo que votó la ciudadanía.

P. ¿Por qué no le gusta que se hable de Gobierno de izquierda?

R. Porque es incorrecto e incompleto. Este es un Gobierno de dos fuerzas progresistas, pero una de ellas es nacionalista.

P. El programa presenta la reforma del Estatuto como una prioridad del Gobierno. Pero es evidente que ustedes insisten mucho más en ese tema que el PSdeG.

R. Eso lo tendrá que valorar la ciudadanía. Es un error disociar los problemas de los gallegos de lo que representa el Estatuto. Este asunto no es una invención nacionalista. Los problemas de los gallegos sólo tendrán solución si disponemos de poder político para enfrentarlos. Cuanto más autogobierno, más posibilidades de bienestar. Y, además, Galicia no puede perder el tren del proceso de transformación del Estado. Tiene que hacer valer su condición de nacionalidad histórica.

P. Da la impresión de que el PSdeG no quiere no quiere empantanarse en este asunto como le está ocurriendo al tripartito catalán.

R. Lo peor que podíamos hacer aquí es mimetismo de cualquier otro territorio, nacionalidad o nación. Tenemos que ser un país orgulloso, un actor protagonista en el Estado, sin imitar a nadie. Lo que hagamos en Galicia puede ser un modelo para otros. Hay que poner en marcha la vía gallega para la transformación positiva y democrática del Estado. Ese es el cometido de este Gobierno.

P. ¿Y cómo espera lograr el consenso con el Partido Popular, imprescindible legalmente?

R. Nosotros proponemos un Estatuto de Nación, pero yo he sido el primero en decir que la reforma ha de hacerse sin exclusiones. Todavía estoy esperando a que lo diga el PP. Aunque su posición sea muy diferente a la nuestra, yo estoy dispuesto a buscar puntos de encuentro. Lo único que pido es que cuando nos pongamos a redactar el Estatuto, no estemos con el teléfono en la oreja a ver lo que nos dictan desde Madrid. Y si en algún momento superamos el marco constitucional, esa será la aportación de Galicia a un proceso de reforma que ya se ha abierto. Si el Partido Popular rompe ese cordón umbilical, se puede llegar a acuerdos importantes, aunque no sean los que el Bloque Nacionalista Galego desearía.

P. También el PSOE se marca el límite de la Constitución.

R. En eso hay una ligera contradicción que tendrá que solventar la dinámica política. Zapatero se comprometió a respaldar los Estatutos que aprobasen cada Parlamento. Y no veo por qué ha de ser motivo de anatema la superación de la Constitución en un momento en que el propio Gobierno quiere poner en marcha un proceso de reforma. De lo que se trata es de hacer propuestas constructivas para afianzar el autogobierno y evitar problemas que todos estos años han acabado en el Tribunal Constitucional.

P. Si de usted dependiera, ¿hasta dónde llegaría?

R. Nos gustaría diseñar un nuevo ámbito competencial blindado de interferencias foráneas. Establecer de una vez las competencias que son exclusivas de Galicia y las que lo son del Estado. Que hubiese un reconocimiento jurídico-político de que este es un Estado plurinacional. Y también que figurase en el Estatuto una carta de derechos y deberes de los ciudadanos gallegos. Esa será la propuesta que presentaremos. A partir de ahí, diálogo y concertación para llegar a acuerdos.

P. El Partido Socialista de Galicia y el Bloque Nacionalista Galego serán aliados y a la vez competidores electorales.

R. Sí, y tendremos que acabar con esa política de la mayoría absoluta de Fraga, en la que no cabían matices. Ahora habrá un Gobierno más parecido a la norma habitual en Europa, con un programa conjunto, pero en el que cada uno mantendrá su personalidad. Y, además, nosotros tenemos un pacto con el PSdeG, no con el PSOE. Nos gustaría tenerlo, yo lo he ofrecido y ahora corresponde a Zapatero decidir. Pero no lo tenemos y, por tanto, en la política del Estado, no nos sentimos comprometidos.

P. ¿Qué significa España para usted?

R. Algo por definir. La España cañí y uniformizada de los más exacerbados españolistas me distancia de esa idea. Yo pienso en un Estado moderno, en el que conviven varias naciones capaces de trazar un camino común. Ese es el futuro de España por el que yo trabajaré. Otras definiciones no me motivan.

P. ¿Qué será lo primero que haga al llegar a la vicepresidencia?

R. Desgraciadamente, releer los acuerdos que ha tomado el Gobierno en funciones extralimitándose claramente en términos políticos. Luego, haré un proyecto de propaganda cero para suprimir todos esos gastos que no le rinden beneficio a los ciudadanos. Y me esforzaré en poner en marcha los mecanismos institucionales para que el Estatuto se empiece a redactar en los seis primeros meses y para que el Estado abra mecanismos de diálogo sobre el déficit estructural de Galicia.

Anxo Quintana, líder del Bloque Nacionalista Galego, en el Parlamento de Galicia.
Anxo Quintana, líder del Bloque Nacionalista Galego, en el Parlamento de Galicia.ANXO IGLESIAS

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Sobre la firma

Xosé Hermida
Es corresponsal parlamentario de EL PAÍS. Anteriormente ejerció como redactor jefe de España y delegado en Brasil y Galicia. Ha pasado también por las secciones de Deportes, Reportajes y El País Semanal. Sus primeros trabajos fueron en el diario El Correo Gallego y en la emisora Radio Galega.

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