Los partidos catalanes pactan quitar del Estatuto la reforma de la ley electoral

La imposibilidad de llegar a un acuerdo entre todos los partidos sobre el reparto territorial de escaños para las elecciones autonómicas se tradujo ayer en la decisión de los ponentes del nuevo Estatuto catalán de mantener la transitoria que figura en el de 1979. A pesar de que éste era uno de los objetivos del presidente Pasqual Maragall, los socialistas no han logrado que la reforma del Estatuto consagre un modelo electoral que elimine la subrepresentación de la provincia de Barcelona en el Parlamento catalán.

Esto significa que esta batalla continuará entre los partidos catalanes en el debate para la elaboración de la ley electoral ya fuera del Estatuto. Tanto los socialistas como Esquerra Republicana (ERC) y también Iniciativa per Catalunya Verds (ICV) habían presentado sus respectivas propuestas para modificar la transitoria vigente acerca del sistema electoral, pero al final todos ellos han decidido renunciar a sus posiciones iniciales en aras del consenso.

Los ponentes redujeron ayer a cinco la lista de siete leyes orgánicas que se considera necesario modificar para dar viabilidad a la reforma del Estatuto. Son las del Tribunal Constitucional, del Poder Judicial, del Régimen Electoral General, del Funcionamiento de la Administración General del Estado, y sobre los referendos. Se han caído de la lista la petición de reforma de la Ley del Defensor del Pueblo y la del Derecho de Petición.

Junto a la reducción se encargó al Instituto de Estudios Autonómicos la redacción de las correspondientes propuestas de reforma. Los partidos negocian un acuerdo para que el Parlamento catalán remita estas propuestas a las Cortes antes de la aprobación de la reforma estatutaria, lo que haría innecesario detallarlas en el Estatuto. Además, se prepara la lista de leyes ordinarias de las Cortes que resultan afectadas por el Estatuto, entre las que se encuentra la del Ministerio Fiscal.

Administración local

Pero a pesar de que la ponencia va eliminando escollos, de puertas afuera, los nacionalistas siguen manteniendo una actitud crítica y denunciando lo que consideran "rebajas de julio" de los socialistas. Ayer, la principal discrepancia entre CiU y el tripartito fue la referente al tratamiento de la Administración local. Esquerra Republicana dejó solos a los nacionalistas en su intento de que el Estatuto consagre el peso político de los consejos comarcales, un bastión donde CiU mantiene una importante cuota de poder tras perder el Gobierno catalán. Esquerra Republicana se avino finalmente a incluir en el Estatuto un catálogo que, "por lo menos", tendrán los ayuntamientos. Con ello quedaron dictaminados los capítulos que tratan sobre instituciones, el poder judicial -en el que fueron rechazadas todas las enmiendas presentadas por el PP-, relaciones de la Generalitat con el Estado, con la Unión Europea y el capítulo de la reforma del propio Estatuto.

En sesión de mañana y tarde, la ponencia sustanció 260 de las 554 enmiendas presentadas por los partidos catalanes al borrador del nuevo Estatuto. Quedan ahora un centenar después de las 205 vistas el viernes. Los escollos que quedan ahora son los capítulos relacionados con las competencias de la Generalitat y su blindaje y sobre la financiación. Los partidos prevén que la negociación se acelere a partir de hoy, cuando comenzarán reuniones a todos los niveles para llegar a la votación en comisión del próximo viernes con el menor número de discrepancias posible.

Hoy se reúnen el líder de Esquerra Republicana, Josep Lluís Carod Rovira, con el presidente de CiU, Artur Mas. La ronda de contactos continuará mañana con una entrevista entre el presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, y Artur Mas. Ayer por la tarde, Carod se entrevistó con el presidente de ICV, Joan Saura, en un encuentro que ambos líderes concluyeron con el convencimiento de que este proyecto de reforma supone "una mejora substancial" respecto del Estatuto de 1979.

Sin embargo, Carod quiso subrayar también la vertiente inconformista de su partido. Tras la reunión de la comisión ejecutiva de ERC, afirmó que "se equivocan quienes piensan que este es un Estatuto para 30 años". Esquerra tiene la voluntad de alcanzar "nuevos objetivos" tan pronto como haya "una correlación de fuerzas distinta" en el Parlamento catalán.