Salvador Távora pone en camisa de fuerza a 'Yerma', de García Lorca

Salvador Távora, responsable del grupo teatral La Cuadra de Sevilla, ha hecho una lectura contemporánea de Yerma, de Lorca, en su espectáculo Yerma mater, que se estrenará el 20 de agosto en el Festival de Peralada (Alt Empordà). En la versión de Távora, Yerma es una mujer metida en una camisa de fuerza que le impide moverse a su aire, pero al final logra salirse con la suya y cumple su sueño de ser madre.

Salvador Távora dice que Yerma mater es su espectáculo más literario y más íntimo, pero sin traicionar sus credenciales artísticas. "Creo que es la Yerma que Federico García Lorca haría hoy", afirma. El director teatral explica que su mirada sobre la obra se sustenta en dos consideraciones fundamentales: las nuevas circunstancias sociales, con una muy distinta situación para la mujer si se compara con los tiempos del autor, y la evolución de las pautas teatrales.

"Lorca tenía que escribir para una determinada estructura de compañía, pensando en unos criterios comerciales para la época. Hoy tenemos otra libertad", afirma. Y justamente la conquista de las libertades, "aunque aún queda mucho por lo que luchar", da una nueva entidad al personaje. "Ése es justamente el hijo que Yerma quería tener, la superación de su tiempo y la conquista de la libertad, por eso pare una hija simbólica, una paloma de la paz".

En el montaje, el personaje de Yerma se desdobla en dos intérpretes, la actriz Eva Rubio y la bailaora Lalo Tejada. De este modo marca Távora las contradicciones del personaje: su realidad, lo que le dejan ser, es la de una mujer amordazada y coartada, y ésa la representa la actriz en camisa de fuerza; la bailarina, en cambio, simboliza la libertad que ansía. También las hermanas están aquí desdobladas, porque además de las dos bailaoras que las interpretan (Carolina Morales y Bárbara Domínguez), están representadas por dos dragones temibles: el director les atribuye uno de los peores papeles de la historia. El marido infértil, aquel que condena a su vez a la esterilidad a Yerma, lo representa el bailaor Marco Vargas, y el papel del pastor corresponde al cantaor Manolo Vera. La cantaora Ana Real es también el corifeo de la obra, y en su boca pone Távora muchos de los textos de la obra.

Hay, pues, cante, baile, mucha simbología, música -"entre el dolor del flamenco y del Réquiem de Berlioz", precisa-, y hasta algún apunte de gimnasia rítmica en este espectáculo fiel al concepto global de Távora, en cuya opinión el teatro debe "recoger todas las artes, y hasta en el deporte hay arte", afirma. Hay también siete palomas blancas y algún elemento espectacular. Pero sobre todo, dice el director, hay un texto "bellísimo" que se ha respetado al máximo, aunque Távora lo ha trabajado como una sucesión de monólogos dichos por Yerma. Asegura que de este modo ha podido dar énfasis a algunas frases tremendas de Lorca que, a su entender, pierden profundidad cuando se dicen de forma dialogada.

Yerma mater -"en el título hay un atrevimiento terrible", apunta, refiriéndose a que yermo es lo que no da fruto- se ha preestrenado en tres funciones, una de ellas en Fuentevaqueros, frente a la casa natal de García Lorca.