Convivencia en la ciudad
El 19 de julio Marisol Ruiz-Meana firmaba una carta en la que se declara atónita ante el rechazo que muestran otros vecinos del barrio de Gràcia hacia las medidas de restricción del tráfico que promueve el distrito, destaca que "los dueños de bares y tiendas quieren imponer sus reglas de juego" y apoya las medidas porque cree que la restricción del tráfico no pone en peligro la actividad comercial.
Desde el Gremio de Talleres de Barcelona, hemos de indicarle que la restricción del tráfico que estaba propuesta, con medidas como pilones que aislaban el barrio 21 horas al día, no sólo comprometen la actividad comercial de los talleres, sino que son una forma segura de enviar al paro a sus trabajadores y al cierre a las empresas, porque no van a poder tener clientes que entren y salgan del taller aunque sólo trabajen desde las ocho de la mañana hasta las ocho de la tarde respetando el descanso nocturno de los vecinos y la convivencia cívica, que también exige un respeto a los legítimos intereses comerciales de los talleres, ¿o es que no lo son?- Armando Higueras. Asesor jurídico del Gremio de Talleres. Barcelona.
Me gustaría preguntarles a las personas que pintan las paredes de la ciudad si decoran su casa con los mismos garabatos y dibujos. A pesar del esfuerzo de los servicios municipales que se dedican a limpiarlas, las pintadas vuelven a aparecer a los pocos días. Para acabar con esta actitud incívica, propongo que a los autores se les obligue a limpiarlas o que asuman el coste económico que supone hacerlo. Veríamos si les quedaban ganas de continuar ensuciando la ciudad.- Eugeni Sancho. Barcelona
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