Periodismo

Soy una estudiante de la Facultad de Comunicación de Sevilla, escribo esta carta con la intención de denunciar el engaño que sufrí gracias a un conocido medio de comunicación. Y aprovecho para denunciar el sensacionalismo (y no sólo me refiero a los programas de "corazón") basado en el embuste, que está haciendo que la disciplina periodística se desvirtúe y que la realidad de la vida vaya en detrimento. Estos engaños televisivos son asumidos por muchas personas antes que lo que puedan decir las personas. La comunicación humana se está perdiendo y creo que tiene mucho que ver con los mensajes de desconfianza que continuamente envían los medios. Pero no quiero seguir filosofando sobre este tema pues no es el caso y paso a contar lo que me ocurrió no hace mucho, esperando que comprendan mi indignación y disculpen cierta ingenuidad al caer en la trampa que se me tendió.

Estábamos en una de esas "famosas" barriladas cuando se nos acercaron unos que decían ser periodistas haciendo un reportaje sobre jóvenes y sexo. Entonces preguntaron si conocíamos rumores falsos que circularan entre la juventud acerca de técnicas o métodos anticonceptivos. Yo respondí que había escuchado que hacer el amor debajo del agua impedía el riesgo de embarazo. Cuál fue mi sorpresa al comprobar, yo y otros tantos mil andaluces, que montaron el reportaje dando la impresión de que los jóvenes no tenemos mucha idea de lo que hacemos. No sólo me engañaron a mí, sino a todo el que vio el reportaje, ¿y eso es periodismo? En fin, sólo espero que algún día alcancemos a utilizar los medios de una forma verdaderamente útil, sin que pese más lo cuantitativo que lo cualitativo, con el objetivo de difundir contenidos interesantes, que formen e informen a las personas y que no las engañe ni las idiotice con fieros programas devoradores de audiencias y conciencias.