Impedimentos en el estreno de la ley
La ley de matrimonio homosexual que entró en vigor el 10 de julio está encontrando algunos obstáculos para su arranque. El primero detectado fue el de las parejas formadas por un español y un extranjero. La Asociación Catalana para la Integración de Homosexuales, Bisexuales y Transexuales Inmigrantes (Acathi) ha manifestado su "profunda preocupación" por las condiciones que requiere el Registro Civil de Barcelona, por ejemplo. "Pedir un certificado del consulado para acreditar que en el país de origen rige una ley equivalente a la española es imposible", y "además de absurdo, supone ponerse en riesgo de represalias en caso de regresar un día al país de origen", afirman en una nota recogida en la web de la Coordinadora Gai-Lesbiana de Barcelona.
Otro caso en el que puede haber dificultades es en la inscripción consular del matrimonio. En países que prohíben las relaciones homosexuales como Arabia Saudí hacer esto resulta "sencillamente, imposible", afirman fuentes del Ministerio de Asuntos Exteriores.
La situación de Beatriz Celaya y su pareja, la canadiense Patricia Valladares es diferente. Ellas están casadas por la ley de Quebec (Canadá), que permite los matrimonios homosexuales, pero no han podido inscribir su unión en el consulado de Montreal porque la oficina "todavía no ha recibido instrucciones", sobre cómo hacerlo, dijo ayer el cónsul, Arturo Reig.
La presidenta de la Federación Estatal de Lesbianas, Gays y Transexuales, Beatriz Gimeno, declaró ayer que estos obstáculos eran "normales" en una ley que empieza. "Animamos a gays y lesbianas a que ejerzan sus derechos. Y si no, que recurran", afirmó.
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