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Reportaje:EL INCENDIO FORESTAL MÁS TRÁGICO EN 20 AÑOS

Un alojamiento para la tragedia

Las familias de las víctimas se concentran en un hotel cercano a la sede del gabinete de crisis

F. Javier Barroso

El hotel AC en la avenida del Ejército de Guadalajara se convirtió ayer en un improvisado establecimiento donde se alojaban el dolor y la tragedia. A lo largo de la noche anterior comenzaron a llegar las familias de las víctimas, aún con la angustia de saber que los cadáveres no habían sido rescatados.

La elección de ese hotel no fue casual. Le separan menos de cien metros de la sede de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha en Guadalajara. Fue precisamente en este edificio donde se estableció la madrugada de ayer el gabinete de crisis para afrontar uno de los mayores y más trágicos incendios forestales de la historia reciente española (sólo en los últimos 30 años ha habido dos con más muertos en Girona -1972, con 20 fallecidos- y La Gomera -1984, otros 20 muertos-). El gabinete de crisis lo formaron representantes de las tres Administraciones.

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La llegada de conocidos y amigos de las víctimas no cesó durante todo el día. Los lamentos se concentraban en las puertas del hotel, mientras un numeroso grupo de psicólogos recibía a los familiares. Unos caminaban abrazados a otros. También había quienes eran llevados literalmente en volandas al interior. La mayoría llevaba puestas gafas de sol. Sólo así lograban ocultar el dolor mezclado con la impotencia. La primera planta del hotel acogió a unas 60 personas.

Los bancos de la calle estuvieron repletos durante todo el día de gente que salía a fumar un cigarrillo, a llorar a solas o a gritar su desconsuelo en medio de la desesperación. La Policía Municipal vigiló en todo momento el lugar y una ambulancia de Cruz Roja estuvo presente por si era necesaria su intervención. Miradas perdidas y respiración dificultosa eran la tónica dominante, sobre todo a las puertas de este moderno edificio, por parte de jóvenes que acababan de ver cómo sus mejores amigos ya no iban a estar más entre ellos. La mayoría de los fallecidos eran jóvenes que sólo pensaban en labrarse un futuro, y ganar un sueldo temporal antes de continuar sus estudios. Las llamas de un fuego devastador se lo impidieron.

En ese ambiente de tristeza empezaron a surgir historias personales de ese drama. Como la de Pedro Almansilla, de 54 años. Era el más experimentado de los 11 fallecidos en el incendio del Parque Natural del Alto Tajo. Así lo puso de manifiesto el presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda, que destacó que este agente de Medio Ambiente, además de ser el máximo responsable del retén de Cogollado, llevaba 34 años en la extinción de incendios forestales.

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Almansilla sumaba años de experiencia, pero su número dos, Alberto Ceviñán, muerto en el mismo incendio, le seguía de cerca. A sus 37 años, había trabajado en la lucha contra los fuegos en los bosques durante 13 años. También pertenecía a la Consejería de Medio Ambiente. Estaba casado y tenía dos hijos de pocos años, según comentó un amigo que se acercó al hotel donde estaban alojados los familiares. Residía en Arbacón, cerca de Cogollado, donde estaba destinado. De carácter abierto, alto y corpulento, fue descrito como una persona muy viril que no le tenía miedo al fuego. "Eso sí, era muy sensato y, desde luego, con la experiencia que tenía, no se hubiera metido en un sitio peligroso", señaló su amigo. Su padre también fue agente forestal y, como el hijo, gozó de "gran prestigio por la experiencia que tenía".

El resto de fallecidos tenían entre los 23 y los 43 años, según los datos facilitados por Barreda. Ésta era la cuarta temporada para todos ellos, excepto dos que iniciaron sus labores contra el fuego este verano. Entre ellos estaba una mujer.

Jorge César Martínez Villaverde, de 25 años, estudiante de ingeniería y vecino de Madrid empezó a trabajar como retén forestal hace unos seis veranos. Los amigos de esta víctima acudieron a Guadalajara nada más conocer la desgraciada noticia. Era hijo único. "Con este curro se sacaba un dinero para el resto del año. Era una persona muy abierta y algo bohemia", comentaron sus conocidos. Tenía novia.

Entre los fallecidos se encuentra Marcos, el hijo de la delegada provincial de Educación de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha en Guadalajara, María Ángeles García Moreno. Llevaba cuatro años como agente forestal. "Su madre está deshecha. Toda la sala es un valle de lágrimas y el dolor resulta insoportable", añadieron compañeros de la delegada.

Muchos familiares y allegados rechazaron hablar con la prensa. Pidieron con educación que les dejaran pasar esos momentos tan duros en la más estricta intimidad. Se vieron ayudados por los psicólogos desplazados al hotel, que se encargaron de facilitar apoyo psicosocial y toda la información posible a los familiares. De hecho, fueron el canal de comunicación entre las Administraciones y los afectados. "Les estamos dando todo el respeto y el apoyo humano de que somos capaces porque están pasando momentos muy difíciles", afirmó José Ramón Delgado, responsable del grupo de psicólogos de la Cruz Roja. "Les estamos proporcionando un lugar íntimo y les vamos a dar todo lo que necesiten para superar esta crisis", concluyó.

Allegados de los fallecidos a la salida del tanatorio de Guadalajara.
Allegados de los fallecidos a la salida del tanatorio de Guadalajara.CRISTÓBAL MANUEL

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Sobre la firma

F. Javier Barroso
Es redactor de la sección de Madrid de EL PAÍS, a la que llegó en 1994. También ha colaborado en la SER y en Onda Madrid. Ha sido tertuliano en TVE, Telemadrid y Cuatro, entre otros medios. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, está especializado en Sucesos y Tribunales. Además, es abogado y criminólogo.

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