Acerinox sondea sus opciones en Asia
El grupo de acero inoxidable prepara la instalación de una planta en el sureste del continente
En Acerinox lo tienen claro. La próxima etapa de su expansión exterior será Asia, que ya absorbe el 16% de sus ventas y podría representar un volumen aún mayor si contase con una planta en la zona. El grupo, que es el tercer productor mundial de acero inoxidable, con un 9% de cuota de mercado, evalúa estos días sus opciones para instalar una planta en el sureste asiático a partir de 2006.
El mercado de Acerinox creció el 12% en Estados Unidos en 2004 y absorbe ya el 35% de sus ventas totales en el mundo
La estrategia asiática de Acerinox viene dictada por las espectaculares posibilidades que presenta ese mercado y por la necesidad de iniciar un nuevo ciclo de crecimiento. Todo indica que una vez que la actual etapa de expansión, centrada sobre todo en la implantación en EE UU (NAS), en 1990, y en Suráfrica (Columbus), 2002, está ya madura, lo suyo sería abrir una planta en Asia.
"El desembarco en Asia es necesario, pero no urgente", matiza un portavoz. "De momento, y para demostrar que aún hay recorrido con la estructura actual, hemos decidido aumentar la producción desde los 2,3 millones de toneladas en 2004 a 3 millones en 2007, cifra que se podría incluso superar con alguna pequeña inversión".
Estos aumentos de producción, unidos a los programas de reducción de costes y a las menores inversiones requeridas en 2005 y 2006, van a permitir, dicen, una sustancial mejora de los resultados. Y desmentir la opinión de que la empresa habría batido el año pasado un récord en sus resultados del ejercicio difícil de superar en el futuro, algo que ha lastrado su acción en Bolsa.
Dicho esto, en Acerinox no niegan la necesidad de instalarse en Asia, sobre todo de cara a China, un país que consume ya el 25% del acero inoxidable mundial. ¿A qué se está esperando? "Es una cuestión de tiempo y oportunidad", aclaran. "Por ahora abastecemos la región desde Algeciras y sobre todo desde la planta de Columbus, en Suráfrica, una instalación con unos costes de producción excelentes".
La empresa ha recibido ya varias propuestas de venta en el sureste asiático, pero las ha descartado. Se trataba de instalaciones poco eficientes. "Acerinox", señala el portavoz, "está considerada como el productor de acero inoxidable más competitivo del mundo. No nos interesa comprar plantas en las que resulte imposible lograr nuestross niveles de eficiencia".
La búsqueda de esos niveles de eficiencia ha llevado al grupo a construir en 1990 su planta estadounidense desde cero, una operación que le ha supuesto inversiones por valor de 1.300 millones de dólares. "Fue la única forma de poder trasladar todo nuestro know-how a EE UU, que es un mercado muy exigente", dicen. En Suráfrica, la solución fue distinta. Se compró una planta, Columbus, que "había sido inaugurada en 1992 y contaba con una maquinaria muy moderna, de la que pudimos extraer todas sus posibilidades". Y porque resultó, además, barata. El paquete inicial del 64% más las inversiones posteriores en la fábrica (sin contar con la reciente compra de un paquete adicional del 12% de su capital) costó unos 392 millones de dólares.
Por eso en Asia, donde abrió hace poco una oficina en Shanghai, deja todas las opciones abiertas. Puede que compre una planta, o que construya una nueva. En Acerinox dicen que hasta ahora las posibles candidatas son "muy caras". Tampoco está claro en qué país de la zona se instalará la cuarta gran planta de la siderúrgica. Pese al trepidante crecimiento de la demanda de acero inoxidable en China (38% en el 2003 y más del 15% en el 2004), en Acerinox le ponen pegas a la actual situación de ese mercado desde el punto de vista de la producción.
"Algunas de las empresas que se instalaron ahí se enfrentan ahora con dificultades", señalan. Y citan el caso de Thyssen, que ha visto cómo su socio local, Bao Steel, tras absorber toda su tecnología alemana, construye una planta propia. "En este sector, las cosas van muy despacio, hay mucha burocracia, todo tiene que madurar".
De ahí que quede la posibilidad de instalar la planta en otros países desde los que servir a China, como Malaisia, donde hay ya una filial con su centro logístico y de servicios. Entretanto, y mientras no se concrete la opción asiática, todo indica que el gran motor de crecimiento -orgánico- de Acerinox seguirá siendo el mercado de EE UU, que creció el 12% en 2004 y representa ya el 35% de las ventas del grupo (frente al 43% de Europa y al 16% de Asia).
Además, y pese a que la planta de Algeciras va a seguir recibiendo inversiones para su modernización (productos de mayor valor añadido y mejora del medio ambiente), en la compañía están convencidos de que su futuro es global. "Nuestra presencia en EE UU y Suráfrica", dicen "nos permite un mayor equilibrio entre plantas y nos permite también posicionarnos en mercados en los que no está vigente el Protocolo de Kioto, lo que abarata los costes".
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