San Telmo se funde con Urgull

Los límites paisajísticos entre el Museo San Telmo de San Sebastián y su entorno natural, el monte Urgull, acabarán por difuminarse y confundirse. Ese es al menos el propósito de Nieto Sobejano Arquitectos, estudio madrileño que ha ganado por unanimidad el concurso de reforma con un anteproyecto totalmente escrupuloso con el edificio original -se derribarán todos los añadidos construidos con los años- y respetuoso con el paisaje al plantear la ampliación.

"El gesto directo y radical que define nuestra propuesta lleva implícito paradójicamente su práctica disolución en el Monte Urgull", explican los arquitectos en la memoria del anteproyecto. "Nos limitaremos a construir un nuevo muro vegetal, profundo y ligero [con celosías metálicas como soporte de plantas trepadoras], que se apoya en la diferencia topográfica existente y que oculta en su interior dos pabellones".

"Nos limitaremos a construir un muro vegetal (...) que oculta dos pabellones"

Esta será la nueva entrada al museo, con un vestíbulo de doble altura que funcionará como distribuidor. Desde él se podrá acceder al salón de actos, la mediateca, la sala didáctica, la cafetería y otras zonas públicas. Pero también al antiguo edificio que albergará las colecciones permanentes. La primera, Signos de Identidad, que mostrará los fondos etnográficos, históricos y arqueológicos del museo en la planta baja; la segunda, Diálogos, un recorrido por las Bellas Artes en la primera planta y, finalmente, en el segundo piso, Huellas de la Memoria, exposición planteada como "viaje metafórico por la cultura, la historia, los seres y sentires y el imaginario colectivo de los guipuzcoanos con importante presencia de sistemas multimedia".

Las exposiciones temporales se reservan para el nuevo pabellón - 4.400 metros cuadrados-, que sustituye al que durante años ocupó la Sociedad de Ciencias Aranzadi.

El proyecto exigirá una profunda rehabilitación del antiguo edificio, supondrá la ampliación de la superficie del museo en un 43% (hasta los 8.886 metros cuadrados) y costará alrededor de 22, 2 millones de euros, según informó ayer el alcalde donostiarra, Odón Elorza, al hacer público el fallo de un jurado que ha preferido la propuesta de Nieto Sobejano a las de Alejandro Zaera, A+ Arquitectos Asociados, Luis Peña Ganchegui, y la de Joaquín Lizasoain y Pau Soler.

San Telmo, víctima durante una década de vaivenes políticos y olvidos económicos, cierra así una etapa y comienza otra más estable que liderará Susana Soto, actual responsable de la red donostiarra de bibliotecas y co-directora del centro desde hace un año. Los grupos políticos, salvo el PP, consensuaron en junio su nombramiento, que aún debe ser ratificado en pleno.

En todo caso, el despegue de este museo municipal aún llevará su tiempo. Elorza habló ayer de un "horizonte previsible de cuatro años para poder culminar toda la operación". Todavía quedan pendientes cuestiones tan dispares como la redacción del proyecto básico -el equipo tiene tres meses-, hasta el cierre de la financiación en la que el Ayuntamiento donostiarra quiere implicar a todas las instituciones.