Riqueza nómada
Este comienzo de siglo afronta una situación parecida a la vivida hace cien años, aunque la proporción de inmigrantes es inferior a la de entonces, hoy es menos del 3% de la población mundial. También han cambiado algunos motivos, el sueño de repoblar tierras y ciudades ha dado paso a la necesidad de emigrar, ya sea por asuntos económicos, políticos o ecológicos. Un hecho que ha obligado a la reorganización de los Estados y despertado temores en las sociedades anfitrionas.
España es nueva en esta experiencia en la cual se benefician las dos partes, el país y los inmigrantes. Un fenómeno con muchas aristas porque a las medidas políticas de acceso se suman las de integración ciudadana en todos los ámbitos (laboral, cultural, educativo, social...) y de información a los españoles para evitar malentendidos y prejuicios. "La inmigración se ha transformado en un hecho social que ha terminado por afectar profundamente el núcleo sensible del poder político por su impacto en algunos de los conceptos articuladores del proceso de construcción del Estado, como la soberanía nacional, las concepciones de identidad", afirma Ana María López Sala en Inmigrantes y Estados: la respuesta política ante la cuestión migratoria. Un recorrido por toda esta situación global que involucra a varios países a la vez y obliga a nuevas estrategias de política exterior muestra lo complejo de la situación, tanto para el que llega como para quien recibe. La edición de libros sobre el tema recuerda el mundo que se está creando con la diversidad etnocultural, el nuevo rostro de las sociedades y cómo se percibe este cambio, junto a las salidas y soluciones para que esta necesaria mezcla funcione de la mejor manera posible.
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