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Luxemburgo dice 'sí' a la Constitución europea para mantenerla con vida

Los países que han ratificado el texto son ya mayoría en la UE, en número y población

Carlos Yárnoz

Los luxemburgueses marcaron ayer un trascendental punto de inflexión en el proceso de ratificación de la Constitución europea y evitaron el definitivo entierro del texto. Tras los noes de Francia y Holanda en sus referendos, el ganó ayer por el 56,52% de los 223.000 votos emitidos obligatoriamente en este pequeño y rico país de la Unión. Son 13 los países que han ratificado el texto, más de la mitad de los Veinticinco y de la población de la UE, pero, por encima de eso, ya son también dos los que lo han hecho por referéndum (España lo hizo en febrero). "Feliz y contento", el primer ministro luxemburgués, Jean-Claude Juncker, declaró: "El permite a la UE mantener la Constitución en su agenda".

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Ha sido el país más próspero del mundo (52.600 euros de renta anual por habitante) y el segundo más pequeño del club, después de Malta, el que ha invertido la tendencia al no con un salvavidas a la Constitución y, de paso, ha insuflado ánimos a una UE sumida en la crisis. Por eso, el Gobierno de Juncker recibió ayer felicitaciones de todas las capitales europeas, incluidas las ocho que han decidido meter en el congelador sus procesos de ratificación hasta que escampe. "Comprenderán que me felicite de lo que ha hecho este pequeño país pero gran nación", declaró Juncker tras conocer los resultados.

Una y otra vez recordó que los noes de Francia y Holanda son tan importantes como el de Luxemburgo. Es más, insistió en que el porcentaje de síes en Luxemburgo ha sido superior al de noes en Francia y que "la igualdad de los Estados en la UE es indivisible".

El primer ministro luxemburgués asumió que, de haber ganado el no, "hubiera sido el golpe final para la Constitución". Además, la UE hubiera entrado en "una crisis muy grave". "Ahora", explicó, "sigue en crisis, pero con elementos en el horizonte que nos invitan al optimismo". Su ministro de Exteriores, Jean Asselborn, aseguró que "la Constitución no está muerta: está resfriada, pero Luxemburgo le ha servido hoy una taza de té para curarse".

Desde Lisboa, donde siguió los resultados, José Manuel Durão Barroso, presidente de la Comisión Europea, difundió un comunicado en el que califica de "señal fuerte" para Europa lo ocurrido ayer en Luxemburgo. "La voz del pueblo luxemburgués y de todos los europeos que han apoyado el proyecto constitucional debe, y va a ser, escuchada en este debate", añadió.

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Nueve comunas

El número de síes (109.494) estuvo por debajo de lo esperado por el Gobierno y de los pronósticos de los propios partidarios del no, porque ambos auguraban un apoyo a la Constitución superior al 60% de votos. Los noes (84.221) fueron mayoritarios en sólo nueve de las 118 comunas del país. El resto de votos fueron en blanco o nulos. Es el resultado de una breve pero intensa campaña, que ha originado una división en el país como no se recordaba desde la II Guerra Mundial.

Todas las fuerzas políticas y sindicales de peso han luchado por el sí. A favor de Juncker jugó incluso su enfrentamiento con el primer ministro británico, Tony Blair, a quien el mes pasado acusó del fracaso de la cumbre con la que el luxemburgués puso fin a su semestre como presidente de la UE, cargo que ocupa el inglés desde el pasado día 1.

El no ha sido defendido en solitario por un espontáneo Comité por el No. Su portavoz, André Kremer, dijo ayer que el resultado "es como una victoria" para ellos, porque nunca imaginaron semejante movilización a su favor. Las zonas rebeldes que obedecieron sus consignas son altamente significativas. Siete de esas comunas que votaron no son fronterizas, al sur, con Francia. Se trata de un área muy industrializada, donde muchos de sus habitantes trabajan en la siderúrgica Arcelor.

"El Partido Comunista [hoy sin escaños en el Parlamento] sacaba allí en el pasado hasta el 20% de los votos", recuerda el eurodiputado socialista luxemburgués Robert Goebbels, vicepresidente de la Eurocámara. Para Kremer, "el voto en esas comunas demuestra quién rechaza esta Constitución: los obreros, los desfavorecidos".

Esch-sur-Sûre, al norte, es la comuna en la que el no ha ganado con mayor margen en este referéndum: 58% frente a 42% de síes. En este caso, Goebbels lo achaca a la influencia del elevado número de refugiados instalados allí, pese a que la xenofobia apenas ha pesado en este país en el que casi el 40% de sus 451.000 habitantes son extranjeros.

En uno u otro lado, los luxemburgueses han votado todos por Europa. Eso es lo que han dejado claro en todos sus mítines. Ayer, Juncker se congratulaba de que la Constitución sigue adelante. A pocos metros, Kremer insistía en que él también quiere una Constitución europea, pero no la que está ahora en juego.

Jean-Claude Juncker.
Jean-Claude Juncker.

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Sobre la firma

Carlos Yárnoz
Llegó a EL PAÍS en 1983 y ha sido jefe de Política, subdirector, corresponsal en Bruselas y París y Defensor del lector entre 2019 y 2023. El periodismo y Europa son sus prioridades. Como es periodista, siempre ha defendido a los lectores.

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