"El liderazgo del Estatuto se ha dejado en manos de La Moncloa"
Artur Mas (Barcelona, 1956) insiste en que la abstención de Convergència i Unió (CiU) el viernes en la ponencia del Estatuto no fue un farol. La federación, afirma, está dispuesta a asumir las consecuencias políticas de dar un portazo a la reforma estatutaria porque el principal responsable, dice el jefe de la oposición en el Parlamento catalán, será el presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, "que ha dejado el liderazgo del Estatuto en manos de La Moncloa".
Pregunta. ¿Por qué decidieron abstenerse en la ponencia?
Respuesta. Por el paso atrás que se ha dado en materia de competencias, desde el punto de vista de diluir el blindaje. Es un tema lo suficientemente importante para entender que, si se diluía o debilitaba, CiU no podía mantener una posición favorable. Fue un aviso para navegantes: si se sigue por este camino a CiU se la expulsará del acuerdo y no habrá Estatuto.
"El blindaje competencial significa que el Gobierno central de turno no pueda meter las narices continuamente en el autogobierno catalán"
P. También depende de CiU salvar el Estatuto.
R. CiU está dispuesta a hacer muchas cosas pero no dará un sí a un Estatuto que sabemos que no será bueno, potente y ambicioso para Cataluña. Prefiero que no haya Estatuto a que no tengamos uno bueno. La disyuntiva no es Estatuto sí o no, sino mantener el actual o aprobar el que Cataluña necesita para la próxima generación. Si es esto último CiU se apuntará y todos nos tendrán a su lado. Si lo que hay que hacer es el Estatuto que el PSOE puede aceptar políticamente para protegerse electoralmente, será un mal negocio para Cataluña. Y a CiU se la expulsaría del acuerdo.
P. El Estatuto sale del Parlament catalán en forma de proyecto de ley, cuando se convierte en ley es en las Cortes. ¿No es necesaria esta complicidad con el PSOE?
R. Existen dos fases diferentes. La primera es el acuerdo en Cataluña para aprobar un Estatuto potente y ambicioso. ¿Qué límites hay en el Parlament para que así sea? A partir de aquí, ya iremos juntos a defenderlo en Madrid y a exigirle al PSOE y a Zapatero que cumplan su palabra. Y si no la cumplen, entonces podemos decidir si optamos por negociar o no. Pero no hay que confundir ambas fases. No podemos elaborar un Estatuto en Cataluña en función de lo que pasará en Madrid porque entonces actuamos teniendo en cuenta los intereses electorales y partidistas del PSOE. Esto es lo que defendemos desde CiU y no es una posición anticonstitucional, ni maximalista ni radical.
P. El tripartito insiste en que estos movimientos de CiU son un farol. Que nunca boicotearán el Estatuto ante el riesgo de unas elecciones anticipadas.
R. Que piensen lo que quieran, pero CiU no va de farol. Y lo digo con todas las consecuencias. Al principio de la legislatura ya pusimos sobre la mesa todas las condiciones imprescindibles para poder dar un sí al Estatuto. Y hemos trabajado en este sentido. Si el tripartito no está dispuesto a negociar a fondo con CiU un acuerdo posible, el daño se lo harán a Cataluña, aunque nos culpen a nosotros.
P. Pero el blindaje de las competencias no es un concepto sino un conjunto.
R. Entre la desprotección total y un alto grado de protección hay mucha diferencia. El concepto excluyente significa esto: ponernos protección solar para no quemarnos después. En términos políticos significaría que el Gobierno central de turno no pueda meter las narices continuamente en el autogobierno catalán. Sin protección nos quemaremos igual que en los últimos 25 años.
P. Pero la relación entre Madrid y Cataluña debe fundamentarse en la confianza mutua, no en la desconfianza.
R. Desgraciadamente la vida es así y a partir de aquí podemos construir un paraíso de color de rosa. Se trata de proteger nuestro ámbito de poder igual que lo hace un Estado respecto a la UE.
P. ¿Cómo definiría la situación actual del Estatuto?
R. En cuarentena.
P. O sea que no será posible cumplir los plazos.
R. Los plazos se han de cumplir tanto si hay acuerdo como si no. Basta de marear la perdiz con el Estatuto. No podemos pasar de septiembre.
P. Si hoy se votara el Estatuto en el Parlament ¿qué harían?
R. No podríamos apoyarlo.
P. ¿Tienen claras las enmiendas que presentarán?
R. Blindaje de competencias; incremento competencial; nuestra propuesta de financiación; el ámbito territorial y que el Estatuto no consagre un modelo de sociedad sino un modelo de autogobierno. Hay temas colaterales, como pactar las normas de actuación en Madrid para mantener la unidad de acción de los partidos catalanes. O las normas de convocatoria de las elecciones autonómicas.
P. ¿Unidad de acción?
R. Lo que se defiende y vota en Cataluña tiene que defenderse y votarse exactamente igual en Madrid.
P. ¿Aunque algún partido haya presentado enmiendas?
R. Si hay un acuerdo final, las enmiendas quedan derrotadas. Lo que sirve es el Estatuto que sale del Parlament. El presidente Maragall y el PSC han de asumir que inevitablemente tendrán un grado de enfrentamiento con el PSOE para que haya Estatuto en Cataluña. A los socialistas sólo se les pide que hagan este sacrificio. No puede haber una relación de subordinación, de amo y mozo, entre los socialistas españoles y los catalanes, sino un trato de igual a igual. Eso conlleva, a veces, tener que votar diferente.
P. El Estatuto tiene que pasar por las Cortes.
R. Sólo se nos pusieron dos condiciones: consenso y constitucionalidad. No se dijo nada de blindaje de competencias o de que la financiación no se incluyera en el Estatuto. Nuestra fuerza es que el PSOE y Zapatero han de cumplir su palabra. No le hagamos la vida cómoda ni fácil. Y advierto otra cosa. Ahora la Constitución se usa como amenaza de aquello que no interesa a los partidos de ámbito español. No estamos dispuestos a que la Constitución se use como espantapájaros para el país.
P. ¿Ya se han eliminado las inconstitucionalidades del texto?
R. Nunca ha habido inconstitucionalidades flagrantes. Quizá quede alguna discutible pero CiU no tiene ningún interés en promover un texto estatutario que sea manifiestamente inconstitucional.
P. ¿El Estatuto puede obligar a las Cortes a promover reformas de leyes orgánicas?
R. El Estatuto es una ley orgánica. Su aprobación en las Cortes es un mandato a los diputados para reformar esas leyes orgánicas.
P. Pero esto es una trampa.
R. No es una trampa, es un problema para José Luis Rodríguez Zapatero. Hizo una promesa en el sentido, si se me permite, de que había barra libre. Otra cosa es que se diga que esa promesa fue imprudente. Pero no se ha dicho.
P. ¿No cree que en el fondo lo que subsiste es una lucha entre CiU y Esquerra Republicana?
R. En absoluto. A ERC no le pedimos que defienda sus planteamientos más ambiciosos sino los más modestos, que ratifique lo mismo que aprobó en el trámite inicial del Estatuto.
P. Como dijo la pasada semana Josep Lluís Carod, la actual distribución de fuerzas parlamentarias en Cataluña no permite aprobar otro Estatuto.
R. No es verdad. ERC está tan obsesionada en ponerse de acuerdo en el seno del tripartito que se olvida de la mayor: o hay acuerdo con CiU o no hay Estatuto. En Madrid la responsabilidad es del PSOE, pero en Cataluña es de todos. CiU y yo mismo estamos dispuestos a asumir la responsabilidad que nos toque en Cataluña. Nuestro deseo es decir sí, pero a un acuerdo potente y ambicioso.
P. ¿Cataluña tiene derecho a todo lo que pide porque es una nación?
R. El hecho de definirnos como nación tiene consecuencias: derecho a una autonomía y financiación diferenciada o negociación bilateral con el Estado.
P. ¿Le está negando al resto de las autonomías los mismos derechos que Cataluña?
R. No le niego derechos a nadie. Sólo pido que cuando una autonomía no quiera alguna competencia no nos impida tenerla a nosotros. La prueba es el Estatuto de Valencia que termina diciendo: esto es lo que queremos pero, si alguien consigue más, nosotros también. ¿En qué quedamos? Si alguien quiere más, que lo diga.
P. Si no hay Estatuto ¿no cree que el fracaso será colectivo y difícil de explicar a una ciudadanía ya no excesivamente motivada en esta reforma?
R. Si no hay Estatuto el fracaso de país es evidente.
P. ¿De todos?
R. En proporciones diferentes porque siempre es más responsable quien está en el puesto de mando. Pero Pasqual Maragall nunca ha estado en el puesto de mando. Hay un fracaso peor que no aprobar el Estatuto: aprobar uno light.
P. Según CiU el Estatuto se podía redactar en tres meses y llevan un año y medio.
R. De eso nos quejamos. Se hubiera podido avanzar mucho más con un liderazgo que ha brillado por su ausencia. Ésta es la triste realidad. Quien tenía que estar en el puesto de mando está en las nubes. Y quien lo ha estado ha sido Zapatero. El liderazgo del Estatuto se ha dejado en manos de La Moncloa, no ha estado en la Generalitat.
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