Carta a un jubilado
Mi padre ha trabajado casi 45 años para el Estado. Ha recibido una carta con el saldo de los días entregados, trabajados, sufridos y disfrutados: "Le comunicamos que ha cotizado usted 44 años, equis meses, equis días". Y nada más. Los funcionarios son vistos,
nombrados e identificados como trabajadores grises; pero se olvida que los trabajadores son el reflejo de la cultura de una empresa. Es la empresa, la Administración Pública, la que es "gris" y no hace nada por dejar de serlo.
Mi padre ha sido un trabajador brillante, con una carrera laboral ejemplar, con un afán de superación admirable en cada puesto que ha ocupado; ha estudiado y se ha reciclado constantemente; ni una baja, ni una excedencia... Pero su empresa, el Estado, ni siquiera le ha dado las gracias por una fructífera y larga carrera profesional. Me pregunto si sería tan difícil adjuntar a ese frío extracto de años, meses y días una carta de agradecimiento por los servicios prestados. A mi padre ya no le llegará, pero esta carta es para pedir -a quien corresponda- que cada vez que se jubile un funcionario pueda recibir algo más que un extracto de años, meses y días; un simple "gracias" y un "disfrute usted del merecido descanso" sería suficiente.