Nuevo enfoque para las pensiones

Este es el primer estudio que conozco que hace un análisis multifactorial del problema de las pensiones y del ahorro a largo plazo en España -que van indisolublemente unidos-, que huye de las apreciaciones tajantes y las fórmulas mágicas y que plantea todas las vías de acción posibles para hacer frente al grave problema del envejecimiento de la población española y a su impacto negativo sobre la sostenibilidad futura del sistema de pensiones.

Para ello, José Antonio Herce y su equipo parten de una serie de nuevos enfoques. Primero, el problema de las pensiones es demasiado grave como para dejarlo sólo en manos de los partidos políticos o de los gobiernos ya que afecta directamente a los individuos, que a lo largo de su ciclo vital hacen un esfuerzo enorme (casi un tercio de sus salarios) para ahorrar durante su vida laboral para colmar sus necesidades de renta tras su jubilación.

Por ello, deben de ser los individuos por sí solos o colectivamente los que deben buscar una solución junto con el mercado y el estado. Al plantear el análisis como un asunto del ciclo vital más que como un problema de cotizantes y pensionistas, el centro del problema deviene cómo adecuar los recursos de ahorro individual y colectivo a largo plazo a la financiación de las prestaciones de pensiones.

Segundo, no se trata de privatizar las pensiones públicas ni tampoco de negar que hay un problema de pensiones a largo plazo, sino de conseguir compatibilizar los incentivos individuales y colectivos de la sociedad. El interés del individuo es un sistema que le asegure unas pensiones razonables a cambio de contribuciones moderadas a lo largo de su vida laboral. El interés colectivo radica en que los sistemas de pensiones sean suficientes y sostenibles. Para ello hay que concienciar a los ciudadanos sobre la gravedad del problema, darles formación financiera suficiente para comprenderlo y para que sepan defender sus intereses y finalmente crear los incentivos fiscales y otros para ayudarles a resolverlo.

Tercero, el problema demográfico está más en el aumento incesante de la esperanza de vida, que hace que la vida de pensionista sea cada vez más larga al tiempo que su vida laboral esté siendo cada vez más corta que en la caída de la tasa de fecundidad. Por ello, su solución dependerá más de trabajar más años, retirándose más tarde y empezando a trabajar y cotizar antes, que de conseguir más nacimientos, más inmigración o mayor productividad.

El problema, por tanto tiene que ser analizado y comprendido por toda la sociedad y enfrentado con todas las vías de acción posibles: la individual, la colectiva y la pública así como por todos los sistemas, instrumentos y productos disponibles: de reparto y capitalización, públicos y privados, individuales y colectivos y conseguir que se elijan las opciones libremente y con conocimiento de causa al tiempo que se fomenta el buen gobierno de los fondos y planes de pensiones públicos y privados en defensa de sus partícipes.

Guillermo de la Dehesa es presidente del CEPR, Centre for Economic Policy Research.