Sólo han reabierto 10 de los 70 comercios del Carmel afectados por el socavón

Cinco meses después del hundimiento en las obras del metro de Barcelona que paralizó el barrio del Carmel, sólo 10 de los 70 comercios que tuvieron que cerrar han levantado de nuevo la persiana. Y lo han hecho con sabor agridulce, porque las ventas han caído en picado: entre el 30% y más del 50%. Mientras, prosigue el retorno de vecinos. De los 1.283 que fueron desalojados, han regresado la mitad, los que viven en los edificios más alejados del socavón.

"Estamos como el primer día, desesperados", resume el presidente de la asociación de comerciantes Carmel Centre, Josep Maria Mas. Ocho tiendas abiertas en la calle del Llobregós y dos en la de Sigüenza, "que no venden ni una escoba". El resto, hasta un total de 70, cerradas. El escenario es todavía más grave si se tiene en cuenta que la práctica totalidad son pequeños negocios que sustentan a familias enteras. Preguntarles por su situación es escuchar un rosario de angustias.

Maria Dolors, de Pinturas Forma, asegura que las ventas han caído a más de la mitad, con la paradoja de que en el barrio se están consumiendo toneladas de pintura para dejar las viviendas en buen estado, como antes del socavón, pero las administraciones encargadas de los trabajos de rehabilitación la compran fuera. Jesús, dueño del taller Vallarino, recuerda ante su local medio vacío que cualquier otro año por estas fechas "hay cola de vecinos que quieren revisar sus coches antes de ir de vacaciones". Incluso la panadería Maxipan ha perdido clientela. Venden el 30% menos. Igual que la farmacia.

"La zona está lejos de recuperar la normalidad", lamenta Mas, quien critica que las administraciones hayan descartado pagar daños morales a los comerciantes. Para ello pide que las ayudas que reciben los dueños de tiendas cerradas sean a fondo perdido y no a cuenta de los acuerdos finales. "Porque si sólo contamos con el seguro de la constructora, no habrá ni para empezar", dice Mas.

Asfaltado en Llobregós

Los comerciantes confían en que la reapertura de la calle del Llobregós, que ha permanecido cerrada más de un mes por trabajos de acondicionamiento, contribuya en algo a reactivar la zona. Ayer, dos grandes apisonadoras terminaban el asfaltado de la calzada a la altura del mercado.

Mientras, del total de 1.283 vecinos que fueron desalojados tras el socavón del 27 de enero, el pasado viernes habían regresado un total de 622, y las indemnizaciones, salvo casos contados, se están cobrando con regularidad. La cifra de 622 resulta de sumar a las 65 personas que perdieron sus viviendas y han sido realojadas en pisos de promoción pública, 554 habitantes de la zona verde, la más alejada del socavón, y tres personas de la zona amarilla, la más crítica, donde se están recimentando una decena de edificios. Habrá que esperar al próximo verano para que la fiesta mayor, que se celebra estos días, sea fiesta para todo el barrio.