'Napoleón' Alonso

Después del fiasco americano, Fernando Alonso regaló ayer a Francia una jornada de gloria al tiempo que se apuntaba su quinto triunfo del campeonato sobre diez pruebas disputadas. El asturiano llevó a la escudería Renault a una victoria en su casa que no se daba desde el año 1983, y en honor a su gesta fue precisamente el ganador de aquel Gran Premio disputado en Le Castellet, el profesor Alain Prost, el que le entregó el trofeo.

Merecía Alonso en verdad todos los honores de la afición francesa por un éxito apoteósico, y se los concedieron en el podio y también en el circuito, tomado por los seguidores locales y por los trabajadores de Renault. Tanto el equipo, representado por su nuevo presidente, Carlos Goshn, como Michelin, reprendida por su dimisión en Indianápolis, habían hecho de la carrera en su feudo un asunto prioritario, y Alonso les recompensó con una actuación irreprochable.

La fiabilidad del líder del campeonato es extrema. Nunca se concede más de dos carreras sin ganar. La de ayer, en cualquier caso, resultó una victoria abrumadora. Dominó la prueba desde los entrenamientos, partió y llegó el primero, sin que mediara ningún sobresalto, y se impuso por delante de sus dos únicos rivales, Kimi Raikkonen y Michael Schumacher, que se resisten a bajar del coche, diga lo que diga la clasificación.

A falta de nueve carreras, Alonso le saca 24 puntos al finlandés y 29 al alemán. Un colchón estupendo si se recuerda que no había puntuado en las dos últimas pruebas y en su agenda de julio se anunciaban complicaciones, sobre todo en circuitos como el de Silverstone, escenario el próximo domingo del Gran Prenio de Gran Bretaña.

Raikkonen aspira justamente a ofrecer a los aficionados ingleses la misma recompensa que Alonso tuvo con los franceses. El McLaren parece un coche más rápido que el Renault, pero por unas cosas u otras el finlandés acostumbra a ceder ante el español, cuya determinación y voracidad parece insaciable . Raikkonen va a remolque y en Ferrari no dan con la tecla para que Schumacher dispute el título. Alonso, sin embargo, no piensa en hacerles ni una sola concesión, como se apreció en la ceremonia del podio. Al español le bastó con el enstusiamo francés, para sentirse el amo del mundo.