Nexe
Hay una larga serie de cuestiones pendientes entre los valencianos. Los ciudadanos de este país nos diferenciamos básicamente entre los que están decididos a ejercer como valencianos y los que no sienten el interés por hacerlo. Cualquiera de las dos opciones es válida. Una compromete y la otra es, básicamente, simplona y sucursalista. Tan sólo unos años atrás algunas mentes pretenciosamente avanzadas llegaron a la conclusión de que es más importante aprender inglés que valenciano. No caían en la cuenta de que valenciano e inglés no son excluyentes, como no lo es ninguna lengua.
Estos días la Asociación Tirant lo Blanc ha lanzado el primer número de una publicación que se llama NEXE. La revista tiene vocación de llegar a ser una referencia obligada para los ciudadanos con voluntad de reflexionar acerca de los interrogantes que se ciernen sobre la realidad de los valencianos. Los partidos políticos mayoritarios, de obediencia central, y las instancias oficiales han sido incapaces, por si solo de resolver los grandes debates que condicionan la vida cívica.
Los valencianos nos distinguimos por cierta impavidez y hemos apostado mayoritariamente por la moderación, el pacto y el entendimiento. ¿Esa tercera vía valenciana que nos caracteriza ha sido rentable para nosotros y para los intereses colectivos?
Que los valencianos hayamos apostado por la moderación no quiere decir que seamos tontos. Y la mayoría de los que piensan tienen claro que el porvenir de estas tierras se sustenta sobre la lengua y la cultura autóctonas, insertadas, indudablemente en la pluralidad. En tiempos de globalización de la economía y de la cultura no se puede perder el tiempo en planteamientos excluyentes y pacatos. Precisamente por eso, debemos estar convencidos de que las particularidades son esenciales para nuestro proyecto común. Si no lo defendemos y potenciamos habremos perdido la conexión con nuestras raíces.
La revista NEXE evidencia que no hay que renunciar a la participación activa valenciana en los debates sobre cuestiones políticas y cívicas españolas e internacionales. Hay temas básicos como aquel que se plantea de qué manera puede influir que el Estatut valencià sea de un corte u otro. ¿Por qué se ha querido que la aprobación de la reforma de estatuto de la Comunidad Valenciana haya sido la primera en sustanciarse con el consenso de los dos grandes partidos? ¿Ha sido casual o lleva implícito un aviso a navegantes? Algún día los valencianos tendremos que hablar de nuestras comarcas. Otro día deberíamos decidir cuál es la estructura económica que nos conviene. Para ello necesitamos conocer bien la que tenemos. Partimos de una economía rural que languidece, pero no hemos sido capaces de crear los resortes industriales y financieros para afrontar el futuro con garantías. ¿El papel de la Comunidad Valenciana se corresponde con su peso específico en el resto de España? ¿En qué modelo de Europa nos sentimos integrados? Todas estas alternativas y algunas otras van encontrar respuesta en NEXE. Más allá de los partidos y de los consabidos grupos de presión que más bien son una risa. La contrata de la plaza de toros polariza nuestra atención.
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