El tráfico de mercancías peligrosas ha crecido un 55% en cinco años

El tránsito de mercancías peligrosas por las carreteras y vías férreas del País Vasco ha crecido un 55% entre 1998 y 2003, según un estudio realizado por el Departamento de Transportes. Por ambas redes de transporte pasaron en 2003 un total de 5,7 millones de toneladas de materias no inocuas, principalmente gasolinas, gasóleos, ácido sulfúrico, líquidos a temperatura elevada y oxígeno. Las carreteras son las que se llevan la mayor parte de este tráfico, con 5,4 millones frente a las 300.000 toneladas que fueron por tren.

Según el Gobierno, hay varias razones que explican este notable incremento. Por una parte, la economía demanda más materias de este tipo al crecer la actividad industrial y, en segundo lugar, la Unión Europea ha aumentado la lista de mercancías consideradas como peligrosas. Por eso, productos que antes no se detectaban como tales ahora sí se registran. El objetivo fundamental de este trabajo recién finalizado es el de actualizar el mapa de flujos de transporte de cargas peligrosas. Para ello se han recabado datos de 511 empresas radicadas en la comunidad autónoma. A pesar de este ingente tráfico, los autores del informe destacan que la probabilidad de sufrir un accidente por parte de los camiones o trenes que trasladan cargas peligrosas es menor que la del resto de vehículos.El director de Transportes, Aitor Uriarte, explica que la idea del departamento es disponer de una "fotografía" de la situación cada cinco años aproximadamente. "El último informe se realizó con datos de 1998 y ahora se ha realizado con las cifras obtenidas en 2003. Conociendo los flujos podemos adoptar las medidas que sean necesarias para extremar la precaución", apunta. Entre estas medidas figuran delimitar las áreas que deben ser consideradas de especial relevancia a la hora de extremar la seguridad de la población o el medio ambiente, debido a la cantidad, frecuencia y características de las materias peligrosas transportadas por las vías que discurren en sus proximidades.

Los 5,4 millones de toneladas de estas mercancías que se movieron por las carreteras vascas en 2003 supone que alrededor de 824 camiones transitan cada día cargados con una media de 18 toneladas de estos productos.

Pese a esta realidad, Uriarte subraya las grandes medidas de seguridad que rodean a este tipo de transportes. En 2004 tan sólo se contabilizó un accidente con riesgo de un camión con carga peligrosa, aunque sí que se registraron otro tipo de incidencias, como pinchazos o averías. Otra circunstancia que, según Uriarte, hace que este transporte sea el más seguro es que requiere la intervención de un experto, lo que se conoce como el consejero de seguridad.

Todas las empresas productoras, transportadoras o receptoras de materias peligrosas deben tener en plantilla a este profesional. El consejero es el especialista que controla que la manipulación de los productos se realice de forma segura y cumpla todas las normas legales. Además, los propios camiones tienen condicionantes de seguridad y los chóferes deben pasar exámenes especiales. En todos los viajes se hace un informe de cómo va la mercancía, en qué condiciones, cómo se encuentra el camión y cómo se realiza la carga.

Mayor tráfico en Vizcaya

Vizcaya es el territorio que sufre un mayor volumen de tráfico, por dos razones. En primer lugar, debido a la alta densidad de empresas radicadas en sus núcleos industriales. Y, por otra parte, porque es el nudo de conexión de la A-8 y la A-68, las dos arterias que concentran más circulación. En concreto, la A-8 recoge los flujos en sentido Este-Oeste, tanto internos al País Vasco (corredor Bilbao-San Sebastián), como exteriores hacia Francia por el Este y hacia Cantabria por el Oeste. En el tramo inicial de este corredor (Santurtzi-Cruces) se suman también los flujos generados en la Margen Izquierda y que se encaminan hacia el sur posteriormente por la A-68. Esta autopista recoge los flujos generados en Bilbao y su entorno. Entre Bilbao y Altube se concentra la mayor parte de la circulación, bifurcándose en Altube hacia la N-622 los de Vitoria y continuando por la A-68, hasta Miranda de Ebro, los de la Meseta y Valle del Ebro.

En la N-1 Madrid-Irún y la autovía de Navarra (A-15) también se da una elevada concentración. Entre la frontera y San Sebastián, la N-1 tiene un carácter de distribuidor local de mercancías peligrosas, ya que el eje principal de largo recorrido en ese tramo es la A-8. Desde San Sebastián hasta Andoain, la N-1 concentra los flujos procedentes de la frontera o generados en la capital guipuzcoana que se dirigen hacia Vitoria, la Meseta y Valle del Ebro.

Con este nivel de circulación, el informe refleja los tramos que presentan mayores riesgos para la población en el caso de un accidente. En el caso de la carretera, es el de la A-8 en el barrio bilbaíno de Zorroza; y para el tren, la travesía de Arriorriaga de a línea Bilbao-Miranda de Ebro.

En cuanto a los riesgos para el medio ambiente, el cruce de los datos procedentes de los flujos de mercancías peligrosas con los de zonas donde hay acuíferos da lugar a tramos de riesgo muy alto y alto en tramos de la N-1, N-622, N-240, N-102, que discurren por la Llanada Alavesa. También resultan de riesgo alto la A-68 a partir de Altube y la N-124 en la parte sur de Álava. En el resto de la comunidad, se dan situaciones de riesgo alto en tramos puntuales en las áreas de Beasain (N-1 y GI-632), Deba (N-634 y A-8) y Bilbao (A-68).