Cuba se llena de bandas

A principios del siglo XX, músicos españoles, muchos de ellos valencianos, se instalaron en Cuba y fundaron academias y bandas de viento. Hoy, a principios del siglo XXI, cuatro asociaciones valencianas, a través de la campaña Sembrando la Música, pretenden rescatar el patrimonio cultural que une al pueblo valenciano y cubano.

De la herencia de aquellos músicos valencianos sólo han quedado 46 agrupaciones musicales en Cuba. Por este motivo, el gobierno de la isla inició el pasado año -y ahora con el apoyo de las Juventudes Musicales de Llíria; Aula de Música Alameda; Músicos sin Fronteras y la Asociación Manuel Pitti Fajardo, de UGT- un proyecto de recuperación de esta tradición musical a través de la creación de 125 nuevas bandas de viento juveniles e infantiles.

Las brisas de Valencia no sólo son famosas gracias a la Copa del América, las bandas de viento son también un referente en todo el mundo. "Valencia es la Meca de la música de viento, por este motivo les pedimos ayuda", afirma Abel Acosta, viceministro de Cultura cubano y director del Instituto Cubano de la Música, de visita en Valencia para formalizar la donación de instrumentos por parte de las asociaciones valencianas.

La campaña Sembrando la Música, impulsada por los músicos valencianos, recogió en marzo el desafío cubano y en sólo cuatro meses ha conseguido recoger 300 instrumentos y diverso material para dar vida a ocho bandas completas. A través de la página web www.sembrandolamusica.org todavía se pueden donar instrumentos e informarse sobre la campaña.

El gobierno cubano ha puesto en marcha nuevas academias de música para jóvenes, de entre 15 y 25 años, "en muchos casos utilizando las mismas instalaciones que las fundadas por los españoles", comenta Acosta. Con ellas se pretende rescatar la relación musical que existía entre España y Cuba, dando una salida a los jóvenes de las regiones más aisladas.

El año pasado más de 320 jóvenes de la región de Gramma, en la zona oriental de la isla, encontraron nuevos alicientes en las academias y bandas municipales. Acosta asegura que en los municipios en los que se ha lanzado el proyecto "se produjo una revolución en el orden cultural y social".

"Ése es nuestro objetivo", afirma Manuel Civera, de las Juventudes Musicales de Llíria. "Hemos de agradecer el apoyo recibido por los ámbitos de la sociedad valenciana", añade. Bancaixa ha donado 30.000 euros y diversas empresas especializadas han rebajado sus precios, lo que ha permitido comprar más instrumentos. Además, los ayuntamientos de Burjassot, Paiporta, L'Eliana, Serra y Llíria se han comprometido, cada uno, a vestir a una banda completa.

Manuel Crespo, del Aula de Música Alameda, otra de las asociaciones participantes, va más allá: "Queremos que se inicie una colaboración entre las academias y conservatorios cubanos con los valencianos, podemos aportarnos mucho".

Frente a la "hegemonía del reggaeton", con este proyecto se pretende rescatar el papel socializador de la música a través de una de las tradiciones más propias de los valencianos, las bandas. "Uno de los objetivos es implicar a la sociedad civil valenciana con la cubana", comenta Civera. Los 300 instrumentos son sólo un paso en "la recuperación de la relación cultural de los dos países".