"Al quinto día ya nos queríamos casar. Fue hace 15 años"
Quince años juntos y aún coquetean, se lanzan pullas, y llegan hasta la carcajada al recordar aquel estreno teatral en que se conocieron, en México DF.
-Él tenía la gracia y la inocencia del espíritu sevillano, dice Richard Villalón.
-Di la verdad, que sólo querías mi cuerpo, le interrumpe irónico José María Moreno.
-Además, le presenté a Gabriel García Márquez.
-Y casi me desmayé.
Richard, a los 31 años, era un músico peruano que ofrecía 350 conciertos al año en México. Una estrella. José María, un chaval de 21 años, actor, mejoraba su inglés en Seattle (EE UU). Andaba de vacaciones en el D. F. Nunca regresó a sus clases. "A los cinco días, Richard me puso un piso. Piso, coche, todo", ríe José María. "Desde entonces queremos casarnos", dice Richard. El sevillano se convirtió en modelo cotizado. Richard siguió llenando teatros.
En 1997 vinieron a España. El músico estaba cansado de persecuciones, después de que en un viaje a Perú, su país natal, se montara un gran escándalo: "Los policías judiciales me telefoneaban, me llamaban maricón". Llegaron anhelando oportunidades artísticas, libertad y también el derecho a casarse. Ya tenían papeles, los suyos: si uno moría, las propiedades pasarían a ser del otro. Se instalaron en Sanlúcar la Mayor, cerca de Sevilla. Richard da clases de canto y sigue grabando discos. José María es profesor de teatro y actor.
"Como español, me siento orgulloso de que estemos antes que Francia y Alemania en derechos, me parece importantísimo", reflexiona José María. Ya tienen listos los papeles para la boda. Dicen que los presentarán hoy mismo.
¿Y cómo será? A finales de agosto, pero un día distinto de su aniversario (el 24 se cumplirán 15 años desde que se conocen) para poder celebrar dos fiestas. "Organizaremos algo muy íntimo, con 20 o 30 amigos, así que no será de blanco y por la iglesia", se ríe José María. La oficiante será, seguramente, una concejal amiga de uno de los pueblos de la zona. Cocinarán platos peruanos y mexicanos, correrá el tequila y se harán muchas fotos. Las colgarán en la web (www.richardvillalon.com).
Y después del intercambio de anillos, seguirán juntos. Con un Libro de Familia en el cajón. Leyéndose en voz alta el uno al otro.
-Yo no he ido nunca solo al cine, por ejemplo, dice Richard.
-Yo tampoco, contesta José María. Y aunque a veces me hace llorar, lo que más me gusta de Richard es que siempre me hace reír.
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