"Luché por el derecho, pero no me casaré"

"Lucho por tener el derecho a casarme, pero de momento la boda no entra en mis planes". Joan Miquel Perpinyá es muy claro. También tuvo claro, cuando era un chaval y colaboraba en el 061, que deseaba ser guardia civil. De Tráfico. Como aquellos agentes con quienes coincidía en la carretera e investigaban los accidentes. Ha llegado a ser guardia, sale en las furgonetas de atestados, pertenece a la Asociación Unificada de la Guardia Civil y ayer vio cumplido ese derecho. "Soy guardia civil y soy gay y es perfectamente compatible".

El guardia Perpinyá tiene 31 años y viste el uniforme verde desde hace 13. Vive con su novio en un piso de Palma de Mallorca (lo prefiere a la casa cuartel) y apoya la adopción: "Antes estaba en contra. Cuando conocí a parejas con hijos me di cuenta de la manipulación a la que estamos sometidos. No es garantía de nada que los niños se críen en familias heterosexuales".

Salió en la revista gay Zero en 2002, tras apoyar a un compañero que solicitó vivir con su novio en una casa cuartel. Después recibió una llamada de alguien próximo a la dirección general. "Me dijo: 'No nos molesta que seas gay, sino que vayas a los platós, que no lo ocultes'. Le contesté que si me llamaba para atemorizarme".