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Un hombre de 71 años mata a su esposa de 66 en Castelló de la Ribera tras años de desavenencias

La víctima murió de un golpe en la cabeza durante una disputa con el marido

La última de las decenas de discusiones que mantuvo un matrimonio durante los últimos años acabó en tragedia a las 9 de la noche del miércoles. Asunción Reig, de 66 años, quedó tendida en el suelo, tras recibir un golpe en la cabeza en un forcejeo con su marido, Joaquín Juan, de 71 años. Ocurrió en el número 7 de la calle de Pérez Cabello de la localidad de Castelló de la Ribera, domicilio en el que residía alquilado Joaquín desde que se separó, en la práctica aunque no legalmente, de su esposa. Ella vivía en la calle de Filipinas, también de alquiler, después de que vendieran la casa de ambos.

Joaquín contó lo sucedido a uno de sus tres hijos y se hizo acompañar por él para entregarse en el retén de la Policía Local, que está a un centenar de metros de la casa donde ocurrió el homicidio. No dijeron que Asunción había muerto, pero los agentes hallaron a la mujer sin vida tendida en el suelo con una gotas de sangre, sin que a su alrededor hubiera algún objeto contundente que explicara el golpe en la cabeza, causa de su muerte, según certificó el jefe de la Policía Local, José Marco.

Hacía un mes que se habían reconciliado, según los vecinos, aunque las disputas nunca acabaron. Cruz, una amiga de la víctima, aseguró que el pasado lunes Joaquín había amenazado de muerte a Asunción, aunque no le dio demasiada importancia porque el marido se encontraba "delgado y débil" tras ser intervenido recientemente de un cáncer de garganta. "Cuando iba bebido la maltrataba", aseguró esta vecina y amiga de Asunción, que dos días antes de su muerte le dijo a la mujer: "No sé para que has hecho las paces". Sin embargo, la policía de Castelló de la Ribera asegura que no consta que hubiera presentado denuncia alguna.

La versión de esta amiga es muy diferente a la de otros vecinos, como la hornera del barrio, quien aseguró que "Ximo no era violento ni mucho menos, ella era la que lo agredía tanto física como psicológicamente". Añadió que la conducta de Asunción "no era la de una persona normal dado su carácter incoherente". Otros atribuyen el mal genio de ella a la enfermedad de los nervios que padecía.

La hornera fue la última persona que vio a Joaquín antes de la tragedia. Pasaban ya de las 20.30 horas del miércoles cuando llamó al horno que acababa de cerrarse para comprar un bocadillo. Al no poder atender su petición "dijo que se iba a casa a prepararse la cena". Minutos después mataba, presuntamente, a su mujer. "Habrá sido un accidente durante una discusión matrimonial, no creo que haya sido a propósito", añadió la titular de la panadería. Las malas relaciones de la pareja eran vox populi en este municipio de tan sólo 7.000 habitantes. Su alcalde, Alfred Gregori, condenó sin ambages la muerte. La Guardia Civil confirmó que existían "desavenencias" en la familia, con denuncias entre la pareja y de los hijos contra la madre. El coronel de la Guardia Civil Jesús Alegre explicó en Valencia que los hijos de la pareja denunciaron a su madre por problemas relacionados con la herencia. Alegre precisó que aún no se ha podido determinar si el "fuerte golpe en la nuca" que presenta la mujer fue consecuencia de una caída o es el que le causó la muerte. El supuesto autor del crimen, detenido en dependencias de la Guardia Civil, pasará hoy a disposición del juzgado número 3 de Alzira, especializado en casos de violencia doméstica.

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