La decana del Colegio de Abogados promete una gestión más transparente

Un nuevo estilo de gestión. Eso es lo que prometió ayer la nueva decana del Colegio de Abogados de Barcelona, Sílvia Giménez-Salinas, tras convertirse en la primera mujer que ocupa el cargo. Su condición femenina, dijo, le ha ayudado a ganar las elecciones, por un margen muy estrecho (2.539 votos frente a los 2.440 de Luis del Castillo). Joaquim de Miquel obtuvo 2.356, y Albert Sala 2.350.

Los otros tres candidatos a decano (Francesc Jufresa, Santiago Montaner y Lluís Sentís), obtuvieron 659, 603 y 108 votos, respectivamente.

La elección de Giménez-Salinas se añade a lista de cargos relacionados con la justicia en Cataluña ocupados por mujeres: la decana del Colegio de Procuradores, Anna Moleres; la decana de los juzgados de Barcelona, Maria Sanahuja, y la presidenta del Tribunal Superior de Justicia, Maria Eugènia Alegret, la única designada de forma discrecional y no por elección. En Barcelona hay 17.976 abogados colegiados, el 41,3% de los cuales (7.436) son mujeres.

Giménez-Salinas prometió ayer que llevará a cabo la austeridad que defiende su programa: que los 235.000 euros anuales que se gastan en publicidad irán a difundir el trabajo de los letrados y que las retribuciones por las clases que impartan los diputados de la junta se dedicarán a obra social.

Otra de las promesas fue una renovación a fondo de los estatutos de la junta para darle más homogeneidad.

Además del decano, en las elecciones de anteayer se eligió por un periodo de cuatro años el vicedecano, el secretario de la junta y 8 de los 17 diputados. Estos últimos son Mercedes Cora (la más votada), Jordi Pina, Jordi Miró, Ignasi Martínez de Dalmases, María Eugenia Gay y Ester Ortín -todos ellos de la candidatura de Giménez-Salinas- y Cristóbal Martell y Rafael Espino, de otras dos candidaturas. Tampoco figuraba en la lista de la decana elegida la secretaria electa, Eva Labarta.

Sílvia Giménez-Salinas, de 45 años, está casada y tiene cuatro hijos. Es la menor de cuatro hermanos, tres de ellos abogados, la profesión que ya ejerció su padre. Se licenció en Derecho en 1984 y es diplomada en criminología. Su especialidad es el derecho de familia y de menores y aboga siempre por el pacto antes que por el pleito. Ayer también planteó la necesidad de conciliar la vida familiar y laboral y propuso medidas concretas.

La nueva decana también planteó como una de sus prioridades el entendimiento entre el Colegio de Abogados y las instituciones para "recuperar el prestigio" de la profesión.