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Entrevista:IGNACIO RUPÉREZ | Nuevo embajador en Irak | UN AÑO DESPUÉS DEL TRASPASO DE SOBERANÍA EN IRAK

"Fue un error destruir las instituciones del Estado iraquí"

Ignacio Rupérez es un gran conocedor y un enamorado de Irak. A él le correspondió, en 1997, reabrir la Embajada española, clausurada seis años antes a causa de la guerra del Golfo. Ahora prepara su regreso a Bagdad, donde encontrará un país muy distinto, convulso y sin Estado.

"Creo que un error estratégico de la intervención fue destruir las Fuerzas Armadas y las fuerzas policiales. Salvo los cuerpos de élite o los grupos vinculados de forma directa con la represión, el resto eran funcionarios mal pagados. Como los miembros del Baaz: la mayoría militaba en el partido por los beneficios prácticos que comportaba. Se desmanteló el Estado, desde los ministerios a las aduanas, y ahora la presencia internacional es absolutamente necesaria, porque hay que reconstruirlo todo".

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El objetivo teórico de la misión española está claro: "Queremos contribuir a la normalización política y económica de Irak", señala Rupérez. Implícita queda una motivación de fondo: intentar mejorar las relaciones con Estados Unidos, dañadas a raíz de la retirada de las tropas españolas. El nuevo embajador prefiere recordar la intensa relación histórica entre España e Irak. "Los vínculos políticos, culturales y comerciales han sido muy estrechos desde los años cincuenta. El centro español en Bagdad era el más importante de Oriente Medio".

Ahora hay poco margen para las estrategias bilaterales. "Estaremos bajo el paraguas multilateral, que va a verse reforzado con la apertura de una oficina de la Unión Europea. Asistimos, como hemos visto en la reciente cumbre de Bruselas, a un movimiento de legitimación a favor de las autoridades iraquíes. Hay que olvidarse de las diferencias con EE UU, de la guerra, y atender a ese país, que es esencial para la paz mundial".

España es el quinto país donante. En la conferencia celebrada en Madrid en 2003, el Gobierno comprometió una ayuda de 248 millones de euros. Además, junto a los demás miembros del Club de París, se ha acordado la condonación escalonada del 80% de la deuda contraída por Irak, que en el caso de España asciende a 598 millones de euros.

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El principal obstáculo para la ejecución de las ayudas, apunta Rupérez, es la inseguridad. La violencia, en sus vertientes insurgente o delictiva -cuyas fronteras, por cierto, son cada vez más difusas-, podría también afectar a la reconstrucción política. "Formalmente ha habido avances, con unas elecciones legítimas y un proceso constitucional en marcha. Pero dudo que de aquí a fin de año se cumpla el calendario, que incluye la aprobación de la Constitución y la celebración de comicios legislativos".

Hay además, señala el embajador, problemas estructurales, empezando por la cuestión de la identidad nacional. "El peligro de una guerra civil, o de enfrentamientos intercomunitarios, no está ni con mucho superado".

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