La Universitat de València apuesta por el título de Humanidades cuando se baraja eliminarlo

El rector de la Universitat de València, Francisco Tomás, hizo ayer una calculada defensa de las enseñanzas de Humanidades en la presentación del segundo ciclo de la carrera, que empezará a impartirse el próximo curso. Tomás aprovechó el acto para opinar sobre el proceso de convergencia europea universitaria, del que dijo que va demasiado lento; sobre la prórroga de la financiación universitaria, que podría ampliarse hasta final de año, y sobre la Consejería de Empresa y Universidad, de la que destacó mejoras de comunicación y constató los mismos problemas.

Podrá accederse a la carrera habiendo cursado el primer ciclo de cualquier titulación

El rector tuvo tiempo en el turno de preguntas para hablar de la situación precaria de los investigadores, que la semana pasada subieron el tono de sus reivindicaciones con una sentada a las puertas del rectorado: "Lo que verdaderamente necesita nuestro país", aseguró, "es incrementar el número de científicos jóvenes. Por eso es tan importante que el Gobierno integre de una vez por todas a los 2.300 investigadores del programa Ramón y Cajal".

Tomás recordó previamente, en la presentación del segundo ciclo de la titulación de Humanidades, que esta rama de enseñanzas forman parte de la identidad de la Universitat desde su fundación.

Consideró lógicas las movilizaciones llevadas a cabo por estudiantes y profesores ante la filtración de los borradores del catálogo de títulos, elaborados por las subcomisiones nombradas por el Consejo de Coordinación Universitaria, que contemplan la desaparición de casi la mitad de las carreras en el camino hacia el Espacio Europeo de Educación Superior.

Una escabechina especialmente despiadada en los títulos adscritos a las humanidades. "Si en esa lista", dijo el rector en referencia a los borradores, "no está nuestra titulación hemos de reclamar que esté".

La defensa de Tomás, sin embargo, fue calculada. Lo fue porque al mismo tiempo que se definió partidario de que no desaparezcan del mapa universitario "las enseñanzas de los conocimientos", prefirió no pronunciarse sobre un posible cambio en la "estructura de titulaciones". Lo que podría traducirse por el número y el nombre de las futuras titulaciones.

Y lo es porque la propia apuesta de la Universitat por la carrera de Humanidades -una de las que desaparecen en el borrador de titulaciones- es prudente: Se ofertarán 80 plazas sólo de segundo ciclo "a la espera de ver cómo se definen las Humanidades en el Espacio Europeo de Educación Superior para implantar el primer ciclo", dijo Tomás.

Si la carrera fuera finalmente sacrificada, las enseñanzas se reciclarían como máster de un grado más genérico. Una posibilidad que se prefiere no mencionar expresamente por un motivo obvio: Tanto en Valencia como en la Universidad Jaume I de Castellón -la única que hoy imparte el título- aguardan con cierta angustia los datos de la preinscripción universitaria, que podrían resultar en la deserción masiva de una titulación cuya salud es dudosa.

"Cómo le dice un chico o una chica de 18 años a sus padres que quiere estudiar Humanidades después de que se haya publicado que es posible que desaparezca", declaraba el responsable de la carrera en Castellón, Amadeo Antón, hace poco más de un mes.

Los responsables de la nueva carrera de la Universitat -el vicerrector de Estudios, Antonio Ariño; el decano de Filosofía y Ciencias de la Educación, Manuel Vázquez y su vicedecana, Dora Sánchez- dieron en todo caso una visión optimista del título.

El segundo ciclo, al que se puede acceder habiendo terminado el primero de cualquier titulación, está orientado hacia quienes empezaron otra carrera -como Historia o Sociología- porque Humanidades no se impartía en Valencia; hacia los diplomados, que cursándolo podrían concurrir a plazas de mayor nivel, por ejemplo, en la Administración y, en general, a todas aquellas personas interesadas en volver a la universidad para seguir unos estudios que comprenden, entre otras materias, la Antropología, la Historia Contemporánea y la Filosofía.

La presentación permitió a Tomás celebrar que, con la creación de la Consejería de Empresa, Universidad y Ciencia, ha mejorado la "interlocución" con los responsables autonómicos. En parte por la multiplicación de los cargos: "Antes había un director general de Universidades y ahora hay un secretario autonómico y tres directores generales que tienen competencias" universitarias, dijo el rector.

Tomás aseguró acto seguido que los problemas "siguen siendo los mismos" que con la anterior distribución de consejerías, cuando las universidades eran responsabilidad de la Consejería de Educación, Cultura y Deporte: "De organización del sistema universitario; económicos, en el área de investigación y vinculados al personal".