Sabios medievales y renacentistas
Un libro presenta una selección de documentos históricos de la Universidad de Sevilla
La Universidad de Sevilla acaba de publicar un libro que recoge sus documentos históricos más relevantes del periodo comprendido entre 1254 y 1565. Se trata de una edición encuadrada en los actos conmemorativos del quinto centenario de esta institución. Universidad de Sevilla. Documentos Históricos. 1254-1565, coeditado por la Fundación El Monte, ha sido coordinado por el catedrático de Derecho Romano Fernando Betancourt-Serna. En la elaboración del libro han participado el catedrático de Historia Medieval Manuel González Jiménez; el catedrático de Filología Latina Juan Gil, y el catedrático de Historia del Derecho Español Antonio Merchán Álvarez.
Los autores del libro reúnen en cerca de 200 páginas los primeros documentos históricos relacionados con la fundación de la Universidad, así como otros que, aunque emitidos con anterioridad, están vinculados con el hecho de impartir enseñanzas superiores. El Estudio General -claro antecedente de la Universidad- fue fundado en 1254 por el rey Alfonso X el Sabio. Este monarca era conocedor del prestigio que otorgaba a una ciudad tener centros de estudio y puso en marcha una institución que reafirmó el papel de Sevilla en el mapa medieval del saber.
Puerta al comercio
Con todo, la ciudad tuvo que esperar al siglo XVI para que la Universidad comenzara su actividad. Sevilla, que era entonces la puerta al comercio con las Indias, superaba los 100.000 habitantes, lo que la convertía en la primera ciudad de España y una de las seis más pobladas de Europa. La riqueza económica iba unida a la intelectual. El Renacimiento rompía el maderamen apolillado de la Edad Media. El campo era propicio para que naciera la institución que está en los orígenes de la Universidad: el Colegio de Santa María de Jesús.
En 1505 el carmonense Rodrigo Fernández de Santaella, arcediano de la Catedral de Sevilla, obtuvo una bula del papa Julio II para levantar en la ciudad un Colegio-Universidad (el de Santa María de Jesús) que podría impartir enseñanzas de "Artes, Lógica, Filosofía, Teología, Derecho Canónico, Civil y Medicina". La bula de 1505 fue confirmada en 1508 por el mismo pontífice. La Universidad de Sevilla recibía, así, los privilegios con los que contaban otras universidades del reino.
El libro incluye el privilegio rodado de Alfonso X el Sabio, fechado el 28 de diciembre de 1254. La obra recoge asimismo la bula del papa Alejandro IV de 27 de junio de 1260 por la que se autoriza a los clérigos, docentes y estudiantes que residían en el Estudio General de Sevilla a seguir percibiendo las rentas de sus prebendas. Otro de los documentos es el texto de los Reyes Católicos de 4 de febrero de 1498 que da cuenta de la solicitud de un Estudio General en Sevilla. El libro contiene varias cédulas reales de Isabel y Fernando. Finalmente, la obra presenta la bula fundacional del papa Julio II de 12 de julio de 1505. El libro se completa con el nombramiento hecho por el maestro Alonso de Campos de los 12 primeros colegiales y los estatutos del Colegio y Estudio General de Santa María de Jesús y Universidad de Sevilla.
La publicación fue presentada ayer en el paraninfo por Betancourt-Serna; el comisario para los actos del quinto centenario, Juan Antonio Carrillo Salcedo; la vicerrectora de Relaciones Institucionales, Relaciones Internacionales y Extensión Cultural, Marycruz Arcos, y el presidente de la Fundación El Monte, Ángel M. López y López. Esta publicación cierra la trilogía de libros conmemorativos del quinto centenario de la Hispalense tras el catálogo de la exposición y la obra Universidad de Sevilla. 1505-2005.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.