Desertificación y pobreza
En el artículo editorial titulado Desertificación (21-6-2005), EL PAÍS pide medidas para frenar la desertificación en el mundo; una solicitud que apoyo de pleno por sus efectos positivos tanto para el hombre como para el medio ambiente. El artículo equipara, acertadamente, la lucha contra la desertificación con el combate contra la pobreza.
Sin embargo, resulta triste ver que unas páginas más adelante el periódico informa sobre la actual negociación de las subvenciones agrarias europeas para el sector del azúcar, como consecuencia de los mandatos de la Organización Mundial del Comercio. La actitud proteccionista de la UE con su sector azucarero europeo anula una de las pocas oportunidades que existen para promover el desarrollo en países pobres merced a la exportación de azúcar, ya que se ven muy afectados por los altos precios artificiales y el dumping. En su propuesta de reforma, la Comisión Europea se queda todavía muy corta, a pesar de su fuerte recorte en los precios, pues seguirá impidiendo que los pobres de terceros países menos avanzados puedan tener medios sostenibles para sobrevivir y les niega ayudas para su crecimiento sin afectar al medio ambiente. Muy al contrario, la reforma fomenta la producción intensiva del azúcar y sus impactos ambientales en Europa, a costa de la sobreexplotación de recursos hídricos y la contaminación de los suelos, los ríos y los humedales.