Arquitectos y docentes analizan el diseño del espacio de la escuela del futuro
"Se puede aprender en un café, en una escuela o en una catedral", decía un profesor. "Lo importante es adaptar la arquitectura a las necesidades de la escuela del siglo XXI". Educadores y arquitectos de 15 países se reunieron en una misma mesa en Barcelona el pasado fin de semana para abordar las innovaciones educativas y qué consecuencias tienen en la arquitectura. Los expertos reclamaron una conexión entre la calidad de la educación y la calidad de su arquitectura en un encuentro organizado por Design Share, un foro internacional sobre innovación escolar que cuenta con 2.000 miembros.
"La mayoría de las escuelas ya existen. Ahora nos planteamos cómo transformar estos centros para que sean más útiles. Estos edificios son importantes pero están infravalorados. La escuela es una gran inversión para la comunidad y necesita encontrar formas de diseño flexibles, seguras, sostenibles y abiertas. La mayoría de nuestras escuelas operan en un modelo del siglo XX y necesitamos encontrar nuevos modelos escuchando a padres, maestros y estudiantes", explicó Richard Yelland, responsable del programa educativo de la organización OCDE. Yelland anunció que a principios del año que viene finalizará un proyecto que recoge edificios escolares ejemplares de más de 30 países.
El campus de Salamanca
Durante las intervenciones, los ponentes destacaron una idea clave: la escuela debe involucrarse mucho más en la vida de la comunidad. "Hay que empezar a pensar en ofrecer servicios educativos no sólo a los jóvenes sino a todos los miembros de la comunidad como las personas mayores, los trabajadores en paro o aquellas mujeres que quieren ser madres", afirmó John Mayfield, presidente del fórum. Para Timothy Gourlay, educador australiano, el colegio está en todas partes y no en cuatro paredes. "Construir una escuela es una oportunidad perfecta para mejorar el aprendizaje", dijo Gourlay, quien se plantea la organización escolar dividida no por grados sino por intereses: "Hay que romper las barreras entre edades y dividir las aulas por habilidades". Hubo una sola ponencia española a cargo del arquitecto Pablo Campos y el vicerrector de la Universidad de Salamanca, Santiago López. Presentaron el proyecto de nuevo campus de la universidad de Salamanca, "un concepto de campus didáctico que pasa del estudiante como producto al estudiante como creador de su propia actividad", declaró López.
El proyecto está previsto en la ribera del río Tormes, en la localidad de Villamayor, y se espera que albergue, entre otros departamentos, la facultad de Ciencias Agrarias y Ambientales, el parque científico y un enorme jardín botánico. El futuro campus está pendiente de aprobación por parte de la Junta de Castilla y León.
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