Sevilla y la cultura
En su primera campaña a la candidatura de la alcaldía de Sevilla, Alfredo Sánchez Monteseirín prometió, entre otras cosas, convertir a Sevilla en "Gran Capital Cultural del Sur de Europa". Noble ambición, la suya, si se hubiera cumplido, y más aún, si al menos supiéramos exactamente a qué "cultura" se estaba refiriendo, porque los resultados "culturales" del primer mandato, suponiendo que estemos en la misma sintonía del contenido del término "cultura", no han podido ser más pobres.
Del segundo mandato mejor no hablar, ya que sólo tenemos una edición corregida y aumentada en cuanto al vacío de logros se refiere. Ahora, el secretario general del PSOE sevillano, José Antonio Viera, anuncia a bombo y platillo que Monteseirín repetirá en 2007. ¿Será a la tercera, la vencida?
Recordemos, mientras tanto, que Sevilla aún no tiene una Casa de Poetas, a diferencia de Lisboa o Dublín; pero sí los huesos de sus más respetables, queridas y preclaras figuras, repartidos por fosas de todo el mundo, sin haberlos traído aún a descansar donde merecen: a su tierra, a la sombra de algún limonero sevillano.
Sevilla tampoco tiene un obligado museo Velázquez, mientras Málaga ya tiene el de Picasso. Tampoco tiene Sevilla, por no tener, un respetable monumento a Cernuda ni a Machado; pero eso sí, se nos siembra la ciudad de monumentos a toreros, cantaores, cupletistas y artesanos.
Sevilla, "Gran Capital del Sur de Europa", donde se retira el apoyo al 'Bloomsday', el Festival dedicado a la universal figura de Joyce, por parte de "ese personaje siniestro para la cultura, este Fernando Rodríguez Villalobos, presidente de la Diputación, que también amenazó con acabar con el Festival de Danza de Itálica".
Sevilla, "Gran Capital Cultural del Sur de Europa", eso sí, con sus millonarias portadas de Feria, su millonario despliegue de centenares de sillas y palcos de Semana Santa, y el más costoso e impresionante sistema operativo vial de vigilancia del polvo del camino que conduce a través de pinares, arenas y jolgorio seudoreligioso a la histeria pagana del asalto a la reja.
Sevilla, sin Casa de Poetas, sin monumentos dignos a sus Poetas, sin saber enterrar a sus poetas donde merecen. Sevilla, ciudad vieja, insegura y sucia, gravitando en el Eje del Mal: del Ayuntamiento a la Diputación. Sevilla, donde nos falta de todo y nos queda, Villalobos y Monteseirín.
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