"Las mujeres escuchan y dialogan mejor"

Hace un mes, la Asociación de Mujeres Empresarias de Cooperativas de Andalucía (Amecoop-A), organizó unos talleres distintos. Querían, a través de actividades casi escolares -juegos, manualidades...- reflexionar acerca de la realidad del mundo femenino en la economía social. Participaron medio centenar de mujeres. La presidenta de la asociación, Teresa Páez, de 55 años, presentó ayer el libro El cambio tiene género. Las mujeres en la economía social, fruto de esta experiencia.

"El libro trata de que las mujeres también miremos dentro de nosotras mismas, para ver el porqué de la desigualdad. Social e históricamente, es cierto que los hombres que han ocupado los puestos de decisión no nos han dejado ascender. Pero también es cierto que tampoco nosotras mismas hemos querido, en muchos casos, ocuparlos". Las secuelas aun se arrastran: "La autoestima de las mujeres sigue en general un poco baja. No nos vemos capaces de hacer las cosas como los hombres", afirma la presidenta.

Y a ello se unen las cargas extras de llevar un hogar. "Los trabajos en casa no se comparten al 100%". Ese es precisamente uno de los aspectos en que, según Páez, hay que avanzar más, el reparto igualitario del tiempo en casa. "Cuando los hombres conquisten el espacio de los doméstico, nosotras podremos conquistar el público", sentencia.

Mientras tanto, ¿cómo compatibilizan las mujeres trabajadoras sus jornadas laborales con el peso casi exclusivo de sus hogares? "Luchando", responde clara. Pero todo tiene un límite y Teresa Páez entiende a las compañeras que, a veces, responden negativamente cuando, desde grupos cooperativistas como el suyo, se les hacen propuestas laborales con cargos superiores. "También comprendo a las que, habiendo llegado alto han dicho: 'No puedo'. Porque el famoso techo de cristal existe", dice. Así, Amecoop-A defiende la discriminación positiva. "Al menos, hasta que no exista la igualdad real. Partimos de puntos de partida distintos, y hasta que no se alcancen mayores cotas de igualdad, esas acciones positivas, tanto en las empresas como en las leyes".

A pesar de todo, las cooperativas son un ámbito económico en el que según, la presidenta, las mujeres encuentran más facilidades para realizar su labor. "Las cooperativas tienen una carga ideológica que no comparten las empresas de corte tradicional. Sus principios de solidaridad y equidad ayudan a aportar la mirada de las mujeres", señala.

La misma estructura de las cooperativas, diseñadas para favorecer el diálogo y el trabajo en equipo, también favorece la participación de las mujeres. "Porque escuchamos más. Habilidades sociales como ésta, las hemos adquirido en el ámbito doméstico. Hemos sido las que más hemos escuchado y dialogado con los maridos y los hijos. Eso, desarrollado en el ámbito empresarial, nos ha servido de mucho".

Paradójicamente, esa ventaja no es vista por los responsables de las empresas. "Las mujeres cuya única experiencia laboral es el trabajo en sus casas, no encuentran empleo, a pesar de su experiencia. Por eso la cooperativa es un gran camino. Tú puedes crear tu propio empleo. Sólo necesitas dos personas más, que te acompañen en la aventura". El próximo objetivo que Amecoop-A se ha propuesto es tratar de fomentar su iniciativa empresarial en los medios rurales. "Allí, las mujeres necesitan más plataformas de empleo de este tipo", termina Páez.