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Rajoy lanza un duro ataque al presidente por su "irrelevancia europea"

Zapatero sostiene en el pleno que la UE no se detendrá y niega que exista "una gran crisis"

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, negó ayer en el pleno del Congreso que la Unión Europea "tenga una gran crisis" y se mostró convencido de que el proceso de ampliación y de aprobación de los presupuestos "no se detendrá". El líder de la oposición, Mariano Rajoy, lanzó un ataque personal al presidente con descalificaciones continuas, tratando de ridiculizarlo por lo que considero la "irrelevancia" en Europa de Zapatero.

El líder del PP, al jefe del Ejecutivo: "Usted no tiene ni quién le invite a un café"

El jefe del Ejecutivo socialista reconoció abiertamente el fracaso de la cumbre europea celebrada en Bruselas los pasados días 16 y 17, pero se mostró convencido de que no hay que "dramatizar la situación", de que sólo se ha tratado "del primer intento de fijar un marco financiero para la Unión ampliada" y de que todavía hay un plazo de "doce meses para llegar a un acuerdo que permita el normal funcionamiento de la Unión".

En su primera réplica hizo una propuesta: que el Congreso cree una subcomisión o una ponencia "que dinamice el debate con la sociedad sobre el futuro de la Unión Europea".

En su primera intervención Rajoy, optó por el ataque personal directo en un intento de ridiculizar la figura del presidente del Gobierno. Más que acorralarlo políticamente trató de descuartizarlo y la antología de denuestos fue casi tan extensa como el discurso. Empezó por decirle que no le atribuía ninguna responsabilidad por lo ocurrido en Bruselas: "Su presencia en el Consejo ha sido absolutamente irrelevante. Nada habría cambiado aunque usted no hubiera ido" y siguió con piropos de este tenor: "A usted no le llamó nadie. No se contó con usted para nada". "Ni usted se reunió con nadie ni nadie echó en falta su compañía" "Le falta experiencia, preparación, convicciones y, seguramente, carácter". "Le han dejado a usted para el arrastre". "Sé que estuvo usted en la cumbre pero me consta que no intervino en nada salvo sus balbuceos protocolarios en la votación final". "Usted no tiene quien le invite a un café".

La sobredosis en el intento de ninguneo fue contestada más tarde por el portavoz socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba que criticó la "actitud relevante" de Rajoy en la reunión del Partido Popular europeo, defendiendo tesis contrarias a las del Gobierno de España respecto de algunas cuestiones que se iban a tratar en la cumbre como la Constitución europea.

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La respuesta de Zapatero, en este punto tuvo dos momentos, pero con idéntico contenido. En su segunda réplica le pidió a Rajoy con tono muy serio que no faltase a la verdad porque él intervino "tres veces" en la cumbre de Bruselas.

El presidente del Gobierno contestó al final de la intervención de todos los portavoces y defendió que el último acuerdo sobre el futuro financiero de la UE, que España rechazó a última hora, era "muy razonable" y que lo conseguido en la negociación, junto al hecho de haberse aprobado la Constitución en referéndum, supone un buen punto de partida para las próximas negociaciones.

Zapatero fue muy crítico, sin citarlos, con los países que, en los días previos a la cumbre mantuvieron reuniones bilaterales para preparar la cumbre ya que, en su opinión, hay que conceder "el liderazgo" al presidente de turno de la Comisión, sin entorpecer su trabajo.

La respuesta de Rajoy mantuvo la agresividad de su primer texto, que traía escrito, lo mismo que Zapatero y del que suprimió una referencia a "darle aire" a ETA. El líder del PP, con cierta solemnidad, subió a la tribuna y le espetó: "La intervención que ha tenido es impropia de un presidente del Gobierno. Y ustedes lo saben", remató, dirigiéndose a los escaños socialistas.

Los distintos portavoces hicieron hincapié en el fracaso de la cumbre y en la crisis de la UE, con distintos matices.

Josep Antoni Durán Lleida (CiU) aseguró que la posición negociadora del Gobierno fue equivocada y le propuso un estudio formal y riguroso sobre el porqué del fracaso de Bruselas, cómo le afecta a España y en el que se propongan soluciones de futuro. Joan Puigcercós, de Esquerra Republicana de Catalunya, admitió la crisis, pero empezó por tomarla en una de sus aceptaciones etimológicas: cambio y se mostró seguro de que la UE sabrá modificar lo necesario para encontrar soluciones.

Gaspar Llamazares, en nombre de Izquierda Verde, pidió que reflexione el Gobierno y el conjunto de la Izquierda Europea -en su opinión el 70% del no francés era izquierdista- e insistió en la necesidad de profundizar en la "Europa social" si se quiere que la UE salga de su estado actual y conecte con las necesidades de los ciudadanos.

El presidente Zapatero abandona la tribuna del Congreso.
El presidente Zapatero abandona la tribuna del Congreso.BERNARDO PÉREZ

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