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San Sebastián recibe 1.010 sugerencias ciudadanas al avance del Plan General

Las principales quejas se centran en los grandes desarrollos residenciales y la incineradora

Mikel Ormazabal

La reducción del tamaño de la vivienda, la conversión de locales y de plantas bajas en pisos habitables y la repercusión urbana de la gran expansión residencial prevista en Auditz Akular, Loiola-Martutene y en el Hipódromo representan las principales preocupaciones ciudadanas con respecto al futuro diseño urbanístico que se dibuja en el documento de avance del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de San Sebastián. El equipo técnico que está elaborando la revisión del planeamiento urbanístico de la capital guipuzcoana, vigente desde 1995, ha recopilado un total de 1.010 "escritos de sugerencias" durante el periodo en que la propuesta de ordenación urbana ha permanecido expuesta al público en el Museo San Telmo.

En conjunto, el millar de aportaciones recogidas contienen matizaciones a prácticamente todos los planes y proyectos contemplados en el trabajo de revisión del Plan General, que está dirigido por los arquitectos Santiago Peñalba y Manu Arruabarrena y el abogado Mikel Iriondo. Las principales apreciaciones se centran en el problema de la vivienda y en los efectos de los grandes desarrollos urbanos previstos en los barrios periféricos de la ciudad, según explica Mikel Iriondo. Además, un "gran paquete" de escritos se pronuncia en contra de ubicar en la capital guipuzcoana una planta incineradora para quemar las basuras de toda la provincia. Los escritos recibidos, analiza Iriondo, proponen soluciones tan contradictorias como "no urbanizar ningún metro cuadrado nuevo", que defienden los ecologistas, o "apostar por nuevos desarrollos en zonas verdes" de la ciudad, como solicitan los propietarios de parcelas.

La Oficina del Plan General elabora en estos momentos un informe de valoración de los escritos recibidos durante el plazo de exposición pública, que irá acompañado del documento de avance para su discusión y posterior aprobación por parte de la corporación donostiarra en un pleno.Los redactores del Plan General donostiarra consideran la vivienda como "uno de los problemas sociales más relevantes de la ciudad", que precisa de "medidas urgentes" y "soluciones imaginativas y audaces" para frenar el "progresivo e imparable incremento del precio". Según los estudios que manejan, la ciudad (182.644 habitantes) cuenta con un parque de 80.000 viviendas -datos de julio de 2003- y tiene que hacer frente a una demanda residencial de 15.000 nuevos alojamientos en el horizonte de 2014 (entre 850 y 1.350 pisos al año).

El nuevo Plan General, asegura Iriondo, permitiría construir entre 19.000 y 22.000 nuevas viviendas, la mitad de las cuales estarían concentradas en tres áreas: Auditz Akular (en Altza), donde se prevén entre 2.340 y 3.500 hogares; en los barrios de Loiola y Martutene (5.240 pisos en total), y en Zubieta-Hipódromo (2.582).

Iriondo admite que han recibido "bastantes quejas" por el excesivo volumen edificatorio previsto en estos tres ámbitos de expansión de la ciudad, y a favor de establecer una especial protección del núcleo urbano de Igeldo. Están "razonadamente fundadas", agrega, las provenientes de los vecinos de Martutene, que además tendrá que soportar la acumulación de grandes infraestructuras como el tren de velocidad alta, el segundo cinturón de San Sebastián o la autovía del Urumea.

El tamaño de la vivienda ha sido otro apartado que ha despertado un interés especial. El Plan General propone mantener en 35 metros cuadrados útiles la superficie mínima y situar en torno a los 85 metros cuadrados el promedio en las nuevas promociones. En este sentido, señala Iriondo, las propuestas se orientan a reajustar el tamaño a la baja, facilitar la división de las grandes mansiones, como las existentes en Ondarreta, y la reconversión de locales y plantas bajas en residencias.

Según el modelo de ciudad que está perfilándose, se propone fijar un techo máximo de 800.000 metros cuadrados para las actividades económicas enclavadas en la zona urbana, así como mejorar la movilidad interna mediante la optimización de los modos y redes de transporte existentes. En aras de lograr "la mayor armonía posible entre el medio natural y el urbano", los redactores aconsejan dejar "tal cual" la finca de Lore Toki, que sólo podría ser modificado en el marco de una actuación global del barrio de Añorga cuando la empresa Cementos Rezola cese su actividad en este lugar.

El monte Ulía y la fachada verde

La preservación de los elementos naturales más valiosos de San Sebastián, como el frente del litoral (Igeldo, la isla y Ulía) y los parques urbanos (Lau Haizeta, Cristina Enea y Mendizorrotz, entre otros), figura entre los objetivos prioritarios del avance del Plan General donostiarra. No es éste, sin embargo, el criterio elegido por algunas propuestas ciudadanas, que plantean la conveniencia de "mover la raya de suelo urbano del monte Ulía" o la "ocupación de ladera verde entre el Parque Tecnológico de Miramón y el barrio de Añorga Txiki", explica Iriondo.

Ninguna de ambas soluciones está incluida en el borrador del planeamiento que han perfilado los redactores del plan urbano.

Las propuestas más intervencionistas abogan por permitir la construcción de pequeñas edificaciones en la falda de Ulía, un monte de referencia en el paisaje del litoral donostiarra, que ha conseguido resistir hasta ahora la fiebre constructiva. Ulía es uno de los escasos enclaves naturales que ha conservado sus señas de identidad frente a la contundente transformación del paisaje que han experimentado en el último medio siglo otras zonas verdes de San Sebastián, como el barrio de Aiete.

La edificación en la parte alta de Añorga Txiki o en Atotxa Erreka, como sugieren algunos ciudadanos, supondría la desaparición de la "fachada verde" de San Sebastián, la primera toma de contacto con la ciudad para quienes acceden a la misma desde Bilbao a través de la autopista A-8.

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Sobre la firma

Mikel Ormazabal
Corresponsal de EL PAÍS en el País Vasco, tarea que viene desempeñando durante los últimos 25 años. Se ocupa de la información sobre la actualidad política, económica y cultural vasca. Se licenció en Periodismo por la Universidad de Navarra en 1988. Comenzó su carrera profesional en Radiocadena Española y el diario Deia. Vive en San Sebastián.

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