"Nunca España tuvo tanta diplomacia activa en el Magreb"

"Nunca la diplomacia española había sido tan activa en el Magreb. Lo que el secretario de Estado de Exteriores hizo hace dos semanas [visitar en menos de 48 horas Argel, Tinduf, Rabat y Nuakchot] no hubiera podido hacerse hasta hace poco, porque si ibas a un lado no te recibían en el otro", dijo ayer el ministro Miguel Ángel Moratinos, cuando abordó en el Senado otros temas distintos de Europa.

"Lo que queremos hacer es preservar la capacidad de interlocución y diálogo", añadió, para impulsar "en esta región una política integral destinada a promover su estabilidad, su integración y su desarrollo económico", objetivos que son "prioritarios" desde los atentados del 11-M.

Exteriores, que, según anunció el ministro, creará una Dirección General de cooperación internacional antiterrorista, promueve, por ello, el nombramiento de un nuevo enviado especial del secretario general de la ONU para el Sáhara.

Este objetivo topa con dificultades porque el secretario general no encuentra la personalidad de alto nivel capaz de sustituir el ex secretario de Estado norteamericano James Baker, autor del plan bloqueado por la oposición de Marruecos, ni hay acuerdo entre las partes sobre el perfil de ese sustituto. En Nueva York y Madrid, se hablaba ayer, como posible salida provisional, del envío de una comisión informativa, dirigida por algún funcionario de la ONU, que informaría a Annan de la situación y de las perspectivas en la zona.

Moratinos constató que todas las fuerzas políticas están más o menos de acuerdo en este problema y pidió al PP que apoye más al Gobierno.

También volvió a defender la política de diálogo con Cuba y Venezuela, países a los que, dijo, ha dedicado menos atención que a Brasil, México, Argentina o Chile, y dijo que el Gobierno "quiere mantener una relación estable con Guinea Ecuatorial, lo que no es fácil, dada la singularidad de ese territorio".