Los socialistas consideran difícil cumplir el calendario

A pesar de que el presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, insistió ayer en mantener el calendario oficial de aprobación del Estatuto catalán, lo que supondría obtener el beneplácito del Parlamento catalán a mediados de septiembre, no son pocos los síntomas que apuntan hacia una demora del conjunto del proceso. Ayer mismo, el viceprimer secretario y portavoz del PSC, Miquel Iceta, se refirió ya al mes de octubre como fecha previsible para su aprobación en el Parlamento de Cataluña, un mes más tarde de lo acordado entre todos los partidos catalanes hace apenas diez días.

Según el nuevo calendario aventurado ayer por Iceta, el texto autonómico podrá ser discutido en el Congreso "entre febrero y marzo", por lo que "a finales de abril" se podría celebrar el referéndum en Cataluña para avalar el nuevo Estatuto.

Este retraso sobre el calendario oficial, que prevé la discusión del texto en el Congreso ya en el mes de octubre, se debe sobre todo, a las discrepancias que mantienen los partidos catalanes en el seno de la ponencia parlamentaria que elabora el nuevo texto.

Ayer mismo, una sesión de trabajo de la ponencia que debía servir para cerrar un acuerdo global en materia educativa, no sólo no logró su objetivo, sino que vio florecer nuevas discrepancias que se creían zanjadas.

Si finalmente se llega a un acuerdo global para aprobar el nuevo Estatuto, el Consejo Consultivo de la Generalitat deberá estudiar detenidamente el nuevo texto y ello también comportará una demora con la que inicialmente no contaban la mayor parte de partidos. Tanto es así que en la reunión celebrada la semana pasada entre todos los líderes políticos catalanes se barajó la posibilidad de habilitar el mes de agosto como lectivo para agilizar los trabajos de este organismo.

Ante las perspectivas de nuevas demoras, el secretario general de Convergència i Unió, Josep Antoni Duran Lleida vaticinó el sábado el fracaso del Estatuto y puso, como única posibilidad de salvar el proceso, que la negociación se acelere. "El pueblo debe saber que piensa cada partido negro sobre blanco y no continuar mareando la perdiz porque si no, en un debate tan importante, nos quedaremos los políticos solos discutiendo", indicó. Duran considera que la demora que ahora auguran los socialistas sólo busca rebajar las ambiciones del texto estatutario, por lo que emplazó a Esquerra Republicana a romper con los socialistas catalanes.

El líder de CiU, Artur Mas, se mostró ayer algo más optimista y expresó la "voluntad" de la federación nacionalista de aprobar el texto cuanto antes. El dirigente nacionalista, sin embargo, afirmó que no tendrá inconveniente alguno en oponerse a "un mal Estatuto" si llega el caso. En cuanto a la futura negociación con el Gobierno central, Miquel Iceta auguró ayer que, de haber problemas, éstos se centrarán "más en la financiación que en los asuntos identitarios".

[En una entrevista en el Canal 33, el líder del PP catalán, Josep Piqué, declaró anoche que ve "muy difícil" el consenso, e indicó que "gente muy significada y con grandes responsabilidades de partidos como el PSC o CiU", le habían comentado en privado que la reforma del Estatuto planteada es "un disparate", informa Efe].