Ruiz-Domènec ahonda en la genialidad de Leonardo da Vinci
El historiador analiza la obsesión del artista por la belleza
"Era la encarnación del ideal del hombre universal capaz de transformar la vida por medio del arte". Así define José Enrique Ruiz-Domènec (Granada, 1948) a Leonardo da Vinci, el pintor al que ha dedicado años de su vida como historiador y con quien ha saldado una deuda pendiente con la publicación en Península de Leonardo da Vinci, un libro sobre su figura y lo que representó en el Renacimiento.
"Pensaba en imágenes y eso fue lo que hace que su obra sea genial. Dedicó toda su vida a descubrir uno de los grandes misterios de la historia, el misterio de la belleza y como testimonio están todos y cada uno de sus cuadros. Sus pinturas son una búsqueda de lo ignoto allí donde tiene lugar, en los laberintos de la tradición", apunta el historiador y ensayista José Enrique Ruiz-Domènec sobre la figura de Leonardo. El escritor necesitaba acercarse al personaje a través de la literatura y presentar a los lectores a un hombre al que se considera "icono de la modernidad y que con su trabajo fue capaz de desentrañar el misterio de la belleza, de cambiar la conciencia del hombre".
El historiador descubre la constante preocupación del pintor por descubrir la belleza. "Leonardo nos muestra a través de sus obras que la belleza es lo último a lo que el ser humano puede renunciar, que es un elemento de la vida que está por encima de religiones y creencias". El cuerpo, tanto del hombre como de la mujer, es una constante en las pinturas de Leonardo, pero Ruiz-Domènec centra parte de su trabajo en cuatro retratos de mujeres: el de Ginevra de Benci, La dama del armiño, La belle ferronière y La Gioconda, "un cuadro lleno de misterio que cuanto más te acercas a él, mejor percibes su belleza. Es un retrato que se tiene que ver con luz natural y a muy poca distancia, algo muy difícil de lograr".
Además de la pasión que siente por la personalidad de Leonardo, "sin él ni la pintura ni la historia habrían sido las mismas, habrían sido peores", dice el historiador, que reconoce que necesitaba contar la realidad sobre un hombre que destacó con brillantez en las artes y las ciencias y sobre el que se están diciendo cosas inexactas. "Un historiador no puede permitir que se adultere la realidad, y eso es lo que está ocurriendo con fenómenos como El código da Vinci, de Dan Brown. No quiero decir que yo desprecie ese tipo de literatura. Hay muchas personas que se han acercado a los libros por ese best seller, pero yo, como historiador, me tengo que enfrentar a ello con herramientas que sean capaces de desmontar algunas de las cosas que pueden pasar como ciertas y no lo son".
Ruiz-Domènec considera que su trabajo es un libro de historia que aborda el arte de Leonardo, sin entrar a analizar otros aspectos importantes del genio italiano como son los centenares de cuadernos que escribió y dibujó sobre ornitología, óptica, agronomía, urbanismo o ingeniería.
Babelia
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