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La turbulenta vida de los Sex Pistols se recupera en DVD

El realizador Julian Temple prepara un documental sobre el festival de Glastonbury

Diego A. Manrique

Es el más corrosivo producto audiovisual surgido de la revolución del punk rock. Julian Temple, el realizador, transformó The great rock'n' roll swindle (1980) en una reflexión sobre la manipulación de los medios y el funcionamiento de la industria discográfica. La película, que no circulaba desde hace muchos años, ha sido relanzada en DVD (Sony BMG), con sonido mejorado y material extra, aunque sin subtítulos.

Julian Temple todavía se ríe cuando recuerda las circunstancias que rodearon a The great rock'n'roll swindle: "En 1978, el grupo se rompió y Johnny [Roten, cantante] dejó de colaborar conmigo. Por rodar algo, me llevé a Paul [Cook, batería] y Steve [Jones, guitarra] a Brasil, para que hicieran el payaso con Ronnie Biggs, el ladrón del tren de Glasgow. Sid [Vicious, bajista] iba por libre, pero conseguí rodarle cantando temas que grabó en solitario, incluyendo My way en París. Al año siguiente, murió Sid y los supervivientes demandaron a Malcolm [McLaren, mánager]. Me encontré intentando terminar una película cuya propiedad está en disputa y donde sólo contaba con dos de los cuatro protagonistas, que además no eran los más carismáticos".

La solución fue rodar escenas con actores e ilustrar canciones con dibujos animados, como complemento del material filmado: "Todavía me asombra el odio que despertaron; se les prohibía actuar, los cristianos se manifestaban contra ellos, les agredían cuando salían a la calle".

Un fenómeno británico

Para Temple, hay dos partes en The great rock'n'roll swindle: "Al principio, tiene un aire aparentemente cínico, cuando McLaren desarrolla su decálogo para lanzar a un grupo y conseguir casi un millón de libras esterlinas prácticamente sin tocar. Luego, cuando Steve y Paul se liberan de la tutela de Malcolm, el tono se aproxima más a las películas de Carry on..., que eran un fenómeno muy británico: cine humorístico, con mucho sexo vulgar. Al final, salen titulares de prensa sobre la muerte de Sid y su novia Nancy [Spungen]: fue una imposición de los censores, que insistían en destacar que el punk rock era una opción muy peligrosa. Me indignó: en la película no hay drogas. Las drogas duras y demás tópicos del rock sólo entraron en los Pistols con Nancy, que venía de Nueva York".

Veinticinco años después, confiesa su simpatía por Malcolm McLaren. "Lo que no cuenta la película es que los Pistols le ganaron en los tribunales y le quitaron todo el dinero. Ha quedado como el malo de la historia, pero el concepto era suyo, fue el gran responsable de un impresionante acto de subversión cultural. En la película, McLaren es un provocador que revela cómo funciona la máquina del rock. Pero no se asimila su mensaje".

Temple, que saltó al cine de ficción con Principiantes (1985), está preparando ahora un documental sobre Glastonbury, el más emblemático de los festivales que se celebran en el Reino Unido: "Glastonbury es más que música. Tiene mucho de rito de iniciación: decenas de miles de personas se juntan para pasar experiencias fuertes, para aprender a sobrevivir con la ayuda de sus amigos. Sospecho que los asistentes quieren secretamente que llueva, para que la aventura sea más dura. No sé si se puede entender fuera de Inglaterra: durante unos días, se funda una ciudad que reúne a las diferentes tribus de la cultura alternativa, en un desafío colectivo a las leyes contra las drogas y a lo más conservador de la sociedad británica. Como los Pistols al principio".

Imagen de promoción de los Sex Pistols.
Imagen de promoción de los Sex Pistols.
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