Montilla replica a Duran que es CiU la que "dinamita" el Estatut

Si la reforma estatutaria no sale adelante, la culpa, en opinión del primer secretario del PSC, José Montilla, será tan sólo de una formación política: Convergència i Unió (CiU). El camino hacia el consenso del nuevo Estatut no parece fácil. Si el sábado Josep Antoni Duran Lleida auguraba el fracaso de la reforma y lo achacaba a los criterios restrictivos del PSOE, ayer mismo Montilla respondía que el "único que pone palos a las ruedas y quiere dinamitar el Estatut es CiU, después de 24 años de vacaciones desde el punto de vista estatutario".

La formación política que encabeza Artur Mas es el "único peligro porque puede que acaben ganando los intereses del partido por encima de los del país". Los nacionalistas, aseguró Montilla, "no tienen interés alguno en que el nuevo Estatut vea la luz, Duran Lleida ya ha dado el proceso por muerto, tiene muchas ganas de que esto sea así".

El secretario de política territorial del PSC y consejero de Obras Públicas, Joaquim Nadal, también citó al líder democristiano. La lectura que hizo Nadal sobre los malos augurios y críticas de Duran Lleida fue que éste necesita demostrar que si la reforma estatutaria fracasa es por culpa de otro. Pero si, tal como están los trabajos de elaboración y preparación del nuevo Estatut, éste no sale adelante "será porque Convergència no ha puesto la parte que le tocaba poner y porque ellos así lo han querido".

Montilla y Nadal hicieron estas declaraciones en Sabadell antes y después de subir a la tarima en una fiesta, la "primera de un largo rosario", anunció el secretario de política municipal, Celestino Corbacho, de los socialistas catalanes, a falta de dos años para las elecciones municipales. Si en sus discursos, sus compañeros de partido lanzaron los dardos contra CiU y el PP, Corbacho puso en el punto de mira a Iniciativa per Catalunya y aseguró que si esta formación política "en los últimos 15 años ha llegado a ser algo ha sido gracias a la generosidad de los socialistas".

Esquerra Republicana (ERC) no apareció en los discursos. En cambio, el partido republicano fue el destinatario de las críticas de Miquel Iceta ayer en su diario en Internet. El dirigente socialista apremió a Esquerra a romper el tripartito si de verdad está convencida de la existencia de un pacto entre los socialistas y los populares catalanes para "recortar" el nuevo Estatut. "No quiere creer que sus principios son tan acomodaticios como para seguir gobernando con un partido que, según cree [Joan Ridao, el portavoz de ERC], tiene un pacto de sangre con el PP", criticó.

Los dirigentes de Esquerra, en cambio, pusieron un grano de positivismo a todo este debate. El presidente de los republicanos, Josep Lluís Carod, se mostró claramente optimista respecto a la aprobación final del nuevo texto estatutario. El presidente del Parlament, Ernest Benach, apeló a la clase política catalana a tener una "visión de Estado y de país" y a "hacer un esfuerzo para hallar un acuerdo rápido" y evitar así hacer el "ridículo" y ser el "hazmerreír" de la ciudadanía. Unas palabras en sintonía con las pronunciadas el sábado por el democristiano Josep Antoni Duran Lleida.

Carod, en una entrevista a la agencia Efe, consideró "irrenunciable" que el nuevo Estatut busque una fórmula para blindar las competencias exclusivas de la Generalitat porque, dijo, "un Estatut sin blindaje de competencias es como una casa sin tejado". "Todos los partidos tendremos que ceder cuestiones determinadas para poder lograr un acuerdo asumido por la mayoría", agregó, "pero hay aspectos básicos sin los cuales el texto perdería toda efectividad y, entre ellos, figura el blindaje de competencias".