Fosas comunes ¿en Irak?

Cada vez que se descubre una fosa común en Irak se nos muestra en los medios como parte del horror genocida, ese horror mediático que tan jugoso es en los índices de audiencia. Sin embargo, cada vez que se descubre una fosa común en España... el asunto es distinto.

Recientemente se están desenterrando a cinco asesinados durante la Guerra Civil de una fosa común en el cementerio de Palomares del Río (Sevilla) sin prestarle la mayor trascendencia. Y son sólo un ejemplo de los 100.000 asesinados que se suponen pueden estar en España enterrados -30.000 en Andalucía-. Macabramente pudiera pensarse que hasta los muertos iraquíes tienen mejor suerte que los nuestros: salen a la luz mucho más rápido.

Los españoles somos un pueblo curioso; les pedimos responsabilidades a los alemanes por su pasado nazi, pero miramos para otro lado cuando alguien propone desenterrar a estos muertos olvidados.

En España se cometió un genocidio que nos negamos a encarar: el secuestro y posterior tiro en la nuca de muchos miles de personas. No sé si ése es el espíritu de la transición, pero ya va siendo hora de olvidarse de él y desenterrar a los muertos en tierra de nadie; ganaríamos la dignidad que no merecemos como país desde el momento que decidimos enterrar a compatriotas con nuestras propias manos y, de paso, enterrar la verdad y la historia con ellos.